Hace 4 días | Por candonga1 a lavanguardia.com
Publicado hace 4 días por candonga1 a lavanguardia.com

Cualquiera que sea el indicador de gasto público al que se recurra, Madrid aparece en posición ventajosa. No solo respecto a Catalunya; aún más respecto al resto. Esta semana se ha publicado el gasto per cápita del sistema de financiación en cada comunidad el año pasado según la Airef. Entre las más pobladas, Madrid aparece, por mucho, en cabeza y Andalucía y Valencia en la cola. Catalunya, por debajo de la media. Una situación que se repite y agrava año tras año.

Comentarios

Robus

No se puede pedir que Catalunya, que recibe mucho menos que autonomías que no aportan, se conforme mientras Madrid gasta a manos llenas, quita los impuestos (no le hacen falta, ya recibe los millones de las otras autonomías) y, además insulta a Catalunya diciendo que es insolidaría.

MrBorji

Para el que no lo quiera leer con ese muro de pago, se puede seleccionar todo, copiar y pegar en p.ej un Word y se lee entero. Para el que tampoco quiera romperse tanto la cabeza, ésta es la columna:

Adjunto al director
23/06/2024 06:00
Singular, palabra en torno a la que se han interpretado los primeros compases sobre la nueva financiación para Catalunya reclamada por los partidos independentistas. Acogida como una afrenta y un ataque por las fuerzas políticas de la derecha y la ultraderecha española, PP y VOX; asimilada por el Gobierno de Pedro Sánchez, aunque con un contenido y objetivos diferentes al original.

El nacionalismo catalán enfatiza habitualmente la diferencia cuando formulan sus propuestas, una manera de compensar con palabras los casi siempre magros resultados políticos. El efecto de retorno de esa práctica, en forma de discurso duro contra los supremacistas catalanes, ha asegurado casi siempre un buen rendimiento propagandístico.

Pero la singularidad del gasto público español, en el sentido más amplio de ese concepto, incluyendo todos los niveles de gasto, el local, el autonómico y el del Estado, no es la catalana. Como ha escrito el economista Guillem López Casasnovas, “todo es singular en el modelo actual, empezando por la capitación [per cápita], pues en el reparto no es la población, si no la demografía ajustada”, corregida con otros criterios. No todos los ciudadanos cuentan igual.

Pero, en verdad, la más singular es, sin ningún género de dudas, la comunidad de Madrid. Se trata del territorio español que más se beneficia del comportamiento económico del Estado y mientras así se mantenga, seguirá ganando por una margen cada vez mayor a las demás comunidades. Esa singularidad extrema tiene su manifestación palmaria en que es la comunidad con la fiscalidad más baja, pese a ser la más rica. Por lo tanto, injusta, amén de insolidaria, pues implica diferentes derechos para los ciudadanos según dónde residan. Aunque a la vista de las palabras el viernes de Javier Milei, el presidente argentino, acogidas con entusiasta asentimiento por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, para ella también la “justicia social es una injusticia”.

Cualquiera que sea el indicador de gasto público al que se recurra, Madrid aparece en posición ventajosa. No solo respecto a Catalunya; aún más respecto al resto. Esta semana se ha publicado el gasto per cápita del sistema de financiación en cada comunidad el año pasado según la Airef. Entre las más pobladas, Madrid aparece, por mucho, en cabeza y Andalucía y Valencia en la cola. Catalunya, por debajo de la media. Una situación que se repite y agrava año tras año.

En términos de inversión de las grandes empresas públicas, se detecta la misma realidad. Situación que se agrava si se tiene en cuenta la ejecución real, casi siempre por encima del 100% en el caso de Madrid; por debajo en la mayoría de las restantes, Catalunya incluida. El gasto púbico, por la propia dinámica de ser la capital del Estado, se concentra de manera aplastante en Madrid.

Y es que el debate se ha centrado en el sistema de financiación autonómica, pues las fuerzas políticas que propugnan el cambio operan en un territorio sobre el que aspiran a gobernar, en este caso la Generalitat y es a través de esa administración que esperan tejer sus planes. Pero el gasto de estas administraciones es una parte, grande pero ni tan siquiera la principal. Representan alrededor de un 15% del gasto total.

De resultas de esa singularidad, Los ingresos de Madrid han crecido muy por encima de sus gastos. En parte, porque concentra más actividad económica cada día que pasa, por su ventaja respecto al resto de los territorios, como capital y como receptora de la gran mayoría de las inversiones públicas. El paradigma más conocido es la red de infraestructuras de transporte, que llega a todos los rincones del territorio. En cambio, la segunda y tercera ciudad de España, Valencia y Barcelona y ejes junto al País Vasco, de las exportaciones españolas, por ejemplo, no disponen aún de una comunicación ferroviaria directa decente.

Gracias a ese conjunto de privilegios, en Madrid crece la recaudación tributaria y con ello logra más ingresos del modelo de financiación autonómica, que en parte se nutre con porcentajes sobre el IRPF, el IVA y determinados impuestos especiales.

Por la parte del gasto, buena parte del que se efectúa en su territorio es asumido y pagado directamente por el Estado: funcionarios especialmente. En otras partidas, de índole social, como la sanidad, es de las más cicateras de España.

Esa dinámica explica el excedente habitual de una administración que, por otra parte, no mantiene un historial de limpieza en la gestión del dinero público. La gran mayoría de sus diferentes administraciones con los sucesivos líderes del PP han estado investigadas y condenadas en los mayores casos de corrupción. No puede ser la excelencia de esa gestión la que explique la bonanza económica madrileña. La osadía de Ayuso es atribuirse como mérito político lo que es resultado de una posición ventajista.

De resultas de todo ello, la política fiscal madrileña es un dechado de rebajas que el resto de las comunidades no puede ni soñar. El resultado, todo el que puede se escapa a Madrid para pagar menos impuestos. Con lo que la bola crece. Un círculo vicioso. Las comunidades que pierden contribuyentes deben subir los impuestos a los que se quedan, cada vez menos y por lo tanto cargan con un fardo más pesado, estimulando así más emigraciones fiscales. Y las restantes del PP, copian, sin resultado, las recetas madrileñas. Al fin y al cabo, ya conseguirán que el Estado les compense por la pérdida de recaudación.

Madrid encabeza todos los rankings de ingresos públicos: financiación, inversiones, funcionarios
El problema engorda y si no se corrige esa tendencia a concentrar los recursos de todos en Madrid, los líderes madrileños estarán siempre tentados a secuestrar el Estado desde su territorio. En eso consiste el procés madrileño. Donde el original quería salir de España, el de la puerta del Sol quiere que la parte se haga con el todo. Por eso, entre otras cosas, gusta tanto Ayuso de rodearse de toda clase de simbologías de Estado. Medalla a Milei incluida.

Manel Pérez
Adjunto al director

s

coño, me pide pagar pa leer...

tamos locos.

c

#1 Con el Brave lees gratis.

LinternaGorri

#4 Yo tengo brave y me pide un dineral

reithor

#1 De algún lado salen los tópicos regionales...

Novelder

Cómo valenciano reconozco que en parte la culpa la tenemos los votantes, si se votaran a partidos que miraran por nosotros y se hicieran fuertes en el parlamento estatal estás cosas no pasarían, sino mirar Cataluña con partidos nacionalistas catalanes y Madrid con partidos nacionalistas castellanos.

S

Madrid ya iba de ye-yé a finales de los 70 y principios de los 80 cuando eso estaba más pasado que un arroz a las 8 de la tarde, ahora siguen a su "ritmo" pese a que siguen siendo una vergüenza, se siguen sin dar ni puta cuenta de que son sólo eso, una capital política, como Berna en Suiza u Ottawa en Canadá, el día que se acabe el sostén franquista artificial y sean uno más nos vamos a reir de sus mierdas "a la madrileña" o campañas rancias similares

aupaatu

Pero el pecado de la justicia social no le permite la redistribución de la renta per cápita entre los de capita escasa
La milla de oro es eso una milla rodeada de plomo.