Hace 2 años | Por Javier_Lothbrok a abc.es
Publicado hace 2 años por Javier_Lothbrok a abc.es

La plaza de toros de Consuegra que a lo largo de sus 129 años de historia ha sido testigo de espectáculos taurinos, apoteósicos unos, notables otros o a veces decepcionantes, pocos espectadores que el pasado sábado, en la mitad de su aforo cubrían los tendidos, iban a presenciar el hecho de que un experimentado torero, se negara a matar un toro, estando ya en el último tercio de la lidia.

Comentarios

ikatza

a la hora de la suerte suprema, tras dos pinchazos fallidos con el acero, aludiendo que el toro acusaba falta de visión, se negó a matarlo

Es que ya está medio muerto, ya no tiene gracia.

Lo más parecido fue en el Corpus de 1961, cuando en una novillada sin picadores, los diestros Antonio Maeso, Canuto y el sobresaliente, Juan Sánchez resultaron corneados y el último novillo tuvo que rematarlo las fuerzas de orden público.

Es que de verdad, puto mundo de la tauromaquia. Qué cutre, qué salvaje, qué mierda de gente, qué todo.

Pilar_F.C.

#1 Si esto no es de psicópatas que venga un psiquiatra o un psicólogo y que me lo explique.

Verdaderofalso

#1 A día de hoy no veo nada más salvaje quitando la matanza de delfines en islas Feroe

p

#1 si un toro no entra la estocada no lleva el peso del torero, no es cuestión de gracia, es que es bastante más peligroso.
Es como la diferencia de peso que puedes aplicar a la manó empujando marco de la puerta de un coche de frente y al el techo de un coche hacia abajo.

La cutrez es extrema.

mandelbr0t

Eso que venden de noble lucha entre el toro y el torero queda reducido a un triste espectáculo de sangre y sufrimiento

Pilar_F.C.

La meneo para que se sepa el puto espectáculo que son los toros

superramon

Hay una parte que no se ve en la web por culpa de la publicidad, os la pego:

" El diestro, tras el segundo intento de encajar el acero, cayó de bruces y se golpeó la cabeza. Solo Dios sabe que le sucedió en su mente, pues al no ejecutar la suerte suprema y ligeramente confundido, empezó a balbucear que 'su yo interior era animalista, que era una locura ese espectaculo salvaje'. Las autoridades de la plaza intervinieron llevándose al enajenado a la enfermería...'