El asunto de los impuestos pone a cada uno en su sitio, y no porque no sea un tema discutible, sino por el modo en que esos ajustes se venden, se publicitan, se usan electoralmente, se hace con ellos juegos malabares. Por ejemplo, el presidente Moreno Bonilla pierde novecientos millones de euros con sus rebajas fiscales acumuladas y a continuación le pide mil al Gobierno. Sin impuestos no hay nada, eso lo entiende cualquiera, y no hay que ser economista para saberlo: si queremos infraestructuras, hospitales, colegios, prestaciones (paro, etc)..
Comentarios
Seguimos hablando de subidas/bajadas de impuestos y se sigue sin hablar del control del gasto público, de la ineficacia e ineficiencia de la administración pública, de los chiringuitos, de las subvenciones electorales, de la duplicidad administraciones, organismos, entes públicos...
Cuando un dedo apunta al cielo, el tonto mira al dedo...
#1 eso no lo oirás de los políticos, son sus "bonuses" personales, el que parte y reparte...se lleva la mejor parte
#1 Los gastos en pensiones y sanidad van a subir las próximas décadas. Nadie se cree que vayan a bajar el gasto, ni la izquierda, ni la derecha.
#1 Y de la nula existencia de ninguna herramienta democrática para que los ciudadanos podamos fiscalizar y controlar el dinero público.
Hasta que no existiesen mecanismos directos por los que poder paralizar partidas presupuestarias o eliminarlas no habría que pagar un puto chavo.
Suena idealista, pero no más absurdo que el actual "tú paga y ya decido por ti dónde va el dinero. Y si no te gusta, te jodes."
#4 A mí más que idealista, tu propuesta me suena a lógica y sentido común. No puede ser que la rendición de cuentas se produzca exclusivamente vía votación cada 4 años, sabiendo que al final vas a elegir más de lo mismo, votes a quien votes
#6 A mí también me parece lo más normal del mundo, de eso va la democracia. Pero hay muchísima gente que dice que algo así es idealista.
Nos obligan a jugar a un juego, sí o sí, y no nos dejan participar a la hora de poner las reglas.
#1 El gasto público es necesario, si queremos un estado de bienestar donde podamos viajar cómodamente en coche, bus, tren, avión, etc. donde tengamos educación gratuita (y de calidad, lo cual es más caro que lo que tenemos ahora), sanidad gratuita (y de calidad, lo cual es más caro que lo que tenemos ahora), calles por las que pasear seguridad (y calidad, lo cual es más caro que lo que tenemos ahora), que podamos vivir en una vivienda digna (lo cual no debería ser tan caro como ahora). También queremos una administración eficiente y económica, pero en ese orden; más eficiente es más caro, más económica es peor que la actual. Los chiringuitos, de acuerdo que hay que evitarlos, yo los enclavaría en el ámbito de la corrupción política, las subvenciones electorales, por supuesto que las eliminaría, pero también a la iglesia católica y similares, a sindicatos y asociaciones empresariales, a empresas educativas a través de los conciertos, a la salud privada con la derivación de pacientes de la pública, incluso a ONG´s, especialmente a las que se comportan como S.A.'s. La duplicidad de administraciones, no existe, es consecuencia directa de los chiringuitos, igual que la ineficacia de las administraciones. Entonces sólo hay dos problemas, subvenciones y chiringuitos, o más bien son dos caras del mismo problema, la corrupción.