Esta intervención, organizada por el movimiento estudiantil, busca manifestar su descontento tras la elección del pasado 28 de julio, donde Nicolás Maduro se proclamó vencedor sin presentar actas que respalden su triunfo. La frase, escrita con trazos artesanales sobre tela blanca en colores vibrantes, simboliza no solo el descontento con el actual gobierno, sino también la fuerza colectiva de un sector estudiantil que se niega a ser silenciado.
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