Las negociaciones entre Bruselas y Washington siguen en curso, pero el tiempo corre en contra y las advertencias del presidente estadounidense, Donald Trump, suben de tono. El último anuncio de elevar los aranceles al acero y al aluminio europeo del 25% al 50% como medida de castigo “por no ser lo suficientemente colaborativos” ha hecho que antiguos pesos pesados de la UE eleven la voz y pidan aplicar “mano dura” y un cambio de estrategia en las negociaciones con la Casa Blanca.
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Simplemente es poner a los EE.UU. unas condiciones similares a las que nos ponen a nosotros. Lo que se llama reciprocidad.
Si eso es mano dura, pues que lo sea.
¿Para que sirven las instituciones si no es para dirigir la voluntad del pueblo?
Porque parece ultimamente que es al revés, que son las instituciones las que les dicen al pueblo lo que tiene que hacer y lo que tiene que querer. Ahora nos dicen que tenemos que quitar una millonada de las cosas importantes y dedicarlo a comprar herramientas para matarnos los unos a los otros hasta que a ellos les parezca bien.