Imagine que tiene en su casa las codiciadas rotativas de la Fábrica de Moneda y Timbre. Que, de vez en cuando, escupen en su salón cuantiosos montones de billetes de 500 euros, mientras ve la tele. O de dólares si vive en Estados Unidos, o de yenes en Japón, o de la moneda del país en el que usted se encuentre en ese momento crematístico. Imagine, en fin, tener el poder de fabricar su propio dinero. Esta es, obviamente, una situación inverosímil; no así en el caso de los bitcoins.
Comentarios
Joder con los especuladores de criptomonedas y su afán en que compremos.
#1 Hay que subir la pirámide, tácita a tacita mientras compras moneditas