En París se han colocado hasta el momento 17 medidores en lugares estratégicos, con una resolución de un kilómetro, es decir, a una escala de vecindario. No obstante, se pretende ajustar todavía más esta tecnología para acercar el alcance a la escala de un edificio o de una calle determinada. “Esta es una herramienta para cambiar el ritmo de la acción en las políticas. No somos el medicamento, pero sí un termómetro instantáneo”, apunta Benkhelifa.
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¡Aprende carapolla a mirar por los vecinos!