El miércoles 13 de noviembre Málaga amaneció casi como si la provincia hubiese regresado a la pandemia. Negocios cerrados, colegios sin niños, empresas sin trabajadores, carreteras sin coches, autobuses y metros prácticamente vacíos. La AEMET había activado, desde las diez de la mañana hasta la medianoche el aviso máximo -nivel rojo- por las fuertes lluvias torrenciales que iban a azotar con la llegada de una DANA que afectaría a parte del mediterráneo. La noche anterior, la Junta de Andalucía había enviado una alerta a todos los teléfono móvil
