Hace 13 años | Por --77058-- a elconfidencial.com
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Antonio Vargas llevaba siete años sin viajar a Francia para recoger fruta. Tiene 32 años y vive en Alcalá del Valle, en Cádiz, un pueblo de tradición temporera. Cuando cumplió los 17, siguió el ejemplo de sus padres y comenzó a trabajar en los campos franceses durante los veranos. A los 25, en pleno boom de la construcción, el ladrillo consiguió retenerlo en España. Hasta que hace un par de años, se convirtió en una víctima más de la crisis. Se quedó en paro y ante la falta de oportunidades, ahora no tiene más remedio que volver al principio.

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mciutti

Nótese la infinita mala baba con que está redactado el titular.