Se les ve vestidos de blanco, caminando por la ciudad vieja de Jerusalén; o rezando a horas intempestivas en el Muro de las Lamentaciones. Unos creen que son el Mesías, otros San Juan Bautista. Son los hombres y las mujeres que padecen el llamado síndrome de Jerusalén, la enfermedad mental que aflora en esta ciudad en forma de delirio místico y que en Semana Santa, temporada alta de peregrinaje, alcanza uno de sus picos.
Es que la doctrina religiosa son unas normas de conducta en la que te lavan el cerebro y vivas atemorizado. El miedo lo emplean también otras instituciones.
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Es que la doctrina religiosa son unas normas de conducta en la que te lavan el cerebro y vivas atemorizado. El miedo lo emplean también otras instituciones.
Esa línea no es la que divide dos conjuntos, sino la que delimita un conjunto dentro de un superconjunto.
¡Ah! Porque hay gente que oye voces en su cabeza o se creen mesías pero no tienen problemas psiquiátricos ¿Es lo que quiere decir el titular?