Los dos hombres, de 27 años y origen rumano, fingían jugar en las máquinas tragaperras mientras agujereaban los laterales y accedían a los contenedores de la recaudación, que vaciaban en un tiempo máximo de 30 minutos, para después salir por su propio pie fingiendo haber conseguido un importante premio.
Y de hecho, habían conseguido un importante premio, que difícilmente toca jugando de buena fe en ese impuesto a la imbecilidad que se llama con mucha propiedad "tragaperras" en castellano o "escurabutxaques" (limpia, a fondo, o por completo, los bolsillos) en catalán.
Comentarios
Hombre, es que si encima salen a hombros del dueño del local sería portada... (en verano)
Quién roba a un ladrón...
Y de hecho, habían conseguido un importante premio, que difícilmente toca jugando de buena fe en ese impuesto a la imbecilidad que se llama con mucha propiedad "tragaperras" en castellano o "escurabutxaques" (limpia, a fondo, o por completo, los bolsillos) en catalán.
¿Cómo se puede taladrar el mueble de una máquina de esas sin que lo vean los responsables del local? Alucino...