Hace 16 años | Por Meneeitor a elpais.com
Publicado hace 16 años por Meneeitor a elpais.com

Valentín Castrege, anterior alcalde del PP en Fisterra (A Coruña), juraba que, mientras él viviese, el cementerio del fin del mundo no cobraría vida. No le gustaba nada, y contaba que a sus 5.000 vecinos tampoco. Era el símbolo de su rival. Se lo había encargado al prestigioso arquitecto César Portela el alcalde socialista Ernesto Insua, y lo pagó (51 millones de pesetas) la diputación del PP. Pero cuando la obra estuvo terminada, el popular había ganado las elecciones y el cementerio no tuvo clientes. Y de eso hace ya 10 años.

Comentarios

D

¡sus muertos!

asola33

Echo en falta alguna foto.