El capitalismo prohíbe básicamente dos cosas. Una es el regalo. La otra el aburrimiento. Contaba Rosa Chacel, una de las más grandes novelistas españolas del siglo XX, que en los años cincuenta, mientras redactaba su novela La Sinrazón, tenía la costumbre de pasar horas recostada en un sofá de su salón. La mujer de la limpieza, con la escoba en la mano, le dirigía siempre miradas entre compasivas y reprobatorias: “Si hiciera usted algo, no se aburriría tanto”. Pero es que Rosa Chacel hacía algo: estaba pensando
Comentarios
Pero un regalo no tiene porqué ser un objeto comprado, hay muchas formas de regalar.
Recomiendo el libro "La economía del amor y del temor" de Kenneth Boulding. El regalo como una transacción de amor y el impuesto como una transacción del miedo. El resto de las transacciones son onerosas, es decir, son intercambios.
para el vendedor si, para el papi que se le cae la baba viendo al niño con sus juguetes no.
Excelente artículo salvo por el tufo anticapitalista que pienso que sobra y lo relega casi a la categoría de panfleto.
No obstante lo meneo.
¡¿que el capitalismo prohibe el regalo?!!
¡que nos digan eso cuando el corte inglés nos recuerde que ya es navidad!!
#1 Regalo entendido como acción desinteresada. Lo que dices de la navidad es una mercantilización del regalo.