La familia de Miguel Ángel Blanco y la Fundación que lleva su nombre no han dado su consentimiento al museo Guggengheim de Bilbao para exhibir, en el marco de una amplia exposición que se inauguró el martes, la fotografía de una radiografía del cráneo del edil de Ermua asesinado por ETA en 1997. La radiografía, tomada cuando el edil ingresó en el hospital y en la que se puede apreciar el impacto de los disparos, estaba incluida en una serie de instantáneas del fotógrafo Clemente Bernad (Pamplona, 1963).
Comentarios
A mí tampoco me parecería bien si fuera familiar mío, que "exhibieran" semejante foto por muy artística que fuera.
Esta noticia es, una vez más, UN CASO DE MANIPULACIÓN TOTAL.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo pidió la retirada de una serie de fotografías de Clemente Bernad, que tilda de «ofensiva». La comisaria se mostró sorprendida, ya que «*se* está poniendo el acento en una imagen que no está».
La pieza que no se exhibe en el Guggenheim y que se halla en el origen de la polémica que saltó ayer es una fotografía de la radiografía del cráneo de Miguel Angel Blanco tomada en el hospital en el que ingresó tras ser disparado, en julio de 1997. Sí se pueden ver otras del navarro relacionadas con la realidad política vasca pero también con una huelga petrolera en Venezuela, los presos turcos o los trabajadores andaluces.
«*Seleccioné* las imágenes a colgar de las paredes del museo en base a criterios estéticos, de contenido, visuales... El conflicto vasco se caracteriza por que hay muertos, es evidente, así que pensé que si iban a aparecer imágenes de personas fallecidas era mejor cubrirse las espaldas para que no hubiera problemas. En ese proceso se pidió permiso, entre otros, a la familia de Miguel Angel Blanco, a través de la Fundación Miguel Angel Blanco. Les envié una carta absolutamente respetuosa y adjunté un documento con las fotos que, en principio, la iban a acompañar, y con los pies de foto para que pudieran hacerse una composición de lugar correcta», recuerda Bernad. «*Me* respondieron que no continúa, que la foto era una humillación a la víctima. Yo les dije que, por supuesto, no la iba a incluir pero me extrañaba la negativa porque ellos tienen itinerando por Europa una exposición de 100 fotografías de prensa como las mías, muchas tomadas en los mismos momentos y lugares».
La fotografía en cuestión fue tomada en el hospital en el que ingresó Blanco, «*adonde* me desplacé como decenas de fotó- grafos. En el vestíbulo apareció un médico con dos radiografías para explicar el alcance de las heridas, dónde estaba alojado el proyectil. Yo tomé esa imagen como muchos otros».
Finalmente, prescindió de esa y alguna otra imagen, y resultó una selección de 12 fotografías, «que es las que yo defiendo». Para sorpresa del artista, este pasado domingo le llamó un periodista, «y así me enteré de que la Fundación Miguel Angel Blanco había filtrado mi carta, que yo creo que es confidencial, con todas las fotos».
Ya ayer la AVT y Covite exigieron al Guggenheim que retirara la serie ``Basque Chronicles'' de Bernad, que forma parte de la exposición ``Chacun à son goût'', que se inauguraba con motivo del Xº aniversario del museo. Según estas agrupaciones, el trabajo del fotógrafo es «hiriente y humillante para las miles de víctimas del terrorismo de ETA». Le acusan de ofrecer una visión «parcial, sesgada y complaciente con los violentos».
El PP anunció que propondrá al Parlamento de Gasteiz que exija la retirada de las fotografías y la presidenta de la Fundación Miguel Angel Blanco manifestó que «no voy a parar hasta que la exposición salga del Guggenheim». Le preocupa que vaya «a engañar a la gente que vaya al Guggenheim, especial- mente a los extranjeros».
Bernad mantiene que «el material fotográfico tiene muchas capacidades pero no podemos arrogarle ese poder: no son ni tan culpables ni tan inocentes de nada. La lectura que hace cada uno es la que define finalmente una opinión. Yo me enfrento al conflicto vasco con ganas de comprenderlo, de ver qué pasa en las calles. Si hay incidentes, yo hago las fotos; unos verán héroes y otros, villanos». En cuanto a los pies de foto, que también han sido criticados, defiende que son «absolutamente informativos».
El director del Museo, Juan Ignacio Vidarte, respondió a las críticas asegurando que las fotografías cumplen «con la legalidad de respetar la intimidad de las personas», mientras que la comisaria, Rosa Martínez, opinó que las series de Bernad «muestran un enorme respeto por las víctimas, tanto las que se refieren a Turquía, a Caracas como las del País Vasco». Afirmó que la interpretación de las imágenes está en el ojo de quien las mira, que, «a veces, es un ojo ideológico. Las hemos propuesto como imágenes abiertas, pero creo que la lectura interesada que se hace de ellas habla más de la ideología de las personas».
#6 A mí no me escandaliza ni de lejos ver un cráneo con agujeros de bala en un museo. Eso sí, me fastidiaría que ese cráneo fuera de un familiar mío asesinado.
Me intento explicar mejor: No es que la noticia de este post sea un caso manipulación total. Lo que si es un caso de manipulación total son las declaraciones y actuaciones de la AVT y de la Fundación Miguel Blanco que aparecen en el artículo.
No, ¡¡¡¡si al final esta gente va a acabar por denunciar al Guggenheim por delito de apología del terrorismo!!!
No es que tenga nada ni a favor ni en contra del Guggenheim. Pero, evidentemente, que tengan que salir el artista en cuestión, la comisaria de la exposición y el propio director del museo haciendo declaraciones para defender la exposición es una muestra de lo peliagudo de la situación y de la ofensiva que han sufrido.
En mi opinión, está claro que el Guggenheim no es simplemente un museo: es como un gran circo, que atrae a miles y miles de personas (sobre todo extranjeras), que congrega a todos los medios alrededor, y que convierte en noticia todo que toca.
Eso es lo que teme la AVT, que los turistas que visiten el Guggenheim no se lleven la visión de la realidad que la AVT quiere.
Nada, si lo que todavía nos falta por ver, dentro de poco el Guggenheim en los tribunales... :
http://www.elpais.com/articulo/cultura/foto/expuesta/empana/aniversario/Guggenheim/elpepicul/20071018elpepicul_8/Tes
#1 El arte por el morbo.
#4 No se me ocurrió. Mejora en mucho mi propuesta.
El arte por el arte(morro).
Hay gente que no tiene medida a la hora de atropellar el dolor y la dignidad de otras personas.
#2, Es muy triste que en Euskadi el cráneo de un tío asesinado por sus ideas (estés o no de acuerdo con ellas) sea parte del "legado cultural".
¿No os hace pensar? ¿No creéis que estáis relativizando el terrorismo en exceso?
A mi ya me pareció muy fuerte que cuando lo vi este verano había un esquema de la historia de Euskadi (arte, cultura y hechos relevantes) y estaban indicadas las diferentes asambleas de ETA.
En un mundo donde los templos están repletos de representaciones de un hombre ensangrentado, crucificado a base de clavos en manos y pies y con el cuerpo lleno de llagas; resulta que lo que escandaliza es la foto de un creaneo expuesta en un museo. No lo entiendo.
a ese muchacho, lo exhiben, como a un espanta-pajaros, en cualquier acto sectario, pero en cosas serias y constructivas, se ve que no dan .....(dinero suficiente?????)
que lo ilegalicen también!
El ser humano no tiene límite. Ya no sé hasta dónde vamos a llegar.
Antes había más respeto por las personas en general y más por los difuntos. Cuánto daño ha hecho esa educación de los programas de telebasura donde todo vale.
Qué desgracia
Estoy de acuerdo con #4. Estoy seguro de que si esa radiografía se incluye en dicha exposición un gran porcentaje de gente irá a la misma por simple morbo. A mi modo de ver es una manera de comercializar su muerte.
Eso sí, aunque no la incluyan, la publicidad y notoriedad ya las han conseguido.
La familia M. A. Blanco no la prohibe por cuestiones de morbo o mal gusto sino porque, para ellos, la exposición "... tiene una visión 'sesgada' e 'hiriente'". Es decir, porque la exposición no se adapta ideológicamente a la visión que tiene el PP del llamado "conflicto vasco". El artista pidió permiso previo, sin estar obligado a ello, a la familia antes de usarla y cuando se negaron no la utilizó, no veo ninguna polémica, bueno sí la de siempre de El Mundo con relacionar todo lo que huela a vasco con ETA.
Lo más triste es que este fotógrafo sin escrúpulos, con tal de crear polémica y conseguir fama, seguro que intentaría hacer lo mismo si Miguel Ángel Blanco hubiera sido su hermano... ¿o quizás no?