He detenido los pasos sin sentido. He respirado profundamente y abierto los ojos para observar el entorno. He localizado mi cuerpo, de pie, etílico, sonriente, solo y le he abofeteado para que despierte y afronte. Dejar de dejarse llevar y comenzar a ir. Hacia dónde tú y yo ordenemos. Sin pelea y con decisión. No hacer porque sí, porque no, o porque tal vez deberíamos. Hacer porque deseamos.