Tres meses después de la caída del régimen autocrático del sátrapa Ben Ali, el desencanto social, la pobreza y el desempleo empujan a miles de imigrantes ilegales tunecinos a desafiar las blindadas fronteras europeas y embarcarse en una arriesgada travesía hacia las costas italianas, que en no pocas ocasiones termina en tragedia. Una avalancha incesante que hace del tráfico clandestino un negocio muy lucrativo
A cada persona en las costas africanas les cobran entre 1000 y 2000 euros no por atravesarlas sino por llevarlas hasta alta mar donde las dejan en aguas internacionales asì ninguno puede tocar a estos verdaderos piratas modernos. Las cargan en modo inhumano en lanchones donde viajan apretados comno animales a la deriva. Si tienen suerte llegan a Lampedusa en cambio si alguno se mueve demasiado se dan vuelta. Para colmo las autoridades de Malta ni siquiera los socorren
Comentarios
A cada persona en las costas africanas les cobran entre 1000 y 2000 euros no por atravesarlas sino por llevarlas hasta alta mar donde las dejan en aguas internacionales asì ninguno puede tocar a estos verdaderos piratas modernos. Las cargan en modo inhumano en lanchones donde viajan apretados comno animales a la deriva. Si tienen suerte llegan a Lampedusa en cambio si alguno se mueve demasiado se dan vuelta. Para colmo las autoridades de Malta ni siquiera los socorren