Lidia Falcón pertenece a esa generación de la izquierda española para la que solo había, culminada la Transición, dos posibles caminos: el de la integración en el entramado político-institucional del felipismo, y el del ostracismo más o menos consentido, bien en el exilio real, bien en el exilio mediático y social del militante licenciado con honores. A Lidia Falcón le tocó lo segundo. Le ha tocado poner voz a muchos resquemores de la izquierda española transicional que no acaba de encontrar su sitio en el siglo XXI.
Comentarios
#6 Yo no lo entiendo, las leyes ya son iguales para todos.
El que luego existan quebrantos de esas leyes, deben ser corregidos con controles y sus debidas amonestaciones.
El hacer leyes desiguales con la excusa de crear igualdad, es de las cosas más incoherentes que te puedes echar a la cara. Conceptualmente es una contradicción tan evidente que nunca tendrá éxito la implantación como la plantean.
Ahora, yo creo que debemos hablar de equidad, si de verdad queremos igualar las oportunidades de la mujer a la del hombre.
Y esa perspectiva en absoluto la tiene el gobierno actual, y mucho menos con la Montero por ahí haciendo el tolai.
#7 Además, en una parte de la sociedad se puede generar la duda de si a una mujer la contratan por sus valía y méritos o solo para cumplir con las cuotas...
#8 Exacto.
Hay millones de mujeres que reniegan de esa imagen.
Hay mujeres realmente luchadoras que odian que les atribuyan por sistema esa imagen de debilidad que ciertos políticos se empeñan en atribuir a las mujeres.
Precisamente por eso, por sus prejuicios evidentes hacia las mujeres.
#9 Más que prejuicio es una visión paternalista heredada de generaciones anteriores.
Esa visión de la mujer como un ser débil (El famoso sexo débil...), esa mujer a la que hay que proteger, cuidar y si, ayudar a que consiga aquello que quiera, facilitándole las cosas.
#10 No lo has podido describir mejor.
#7
Es que las leyes no han de ser iguales para todos es decir que si aparcas en una zona para reservada para minusválidos pagues una multa de 500 euros tanto si ganas 200 euros al mes como 10000 al mes (para el primero es un castigo bestial para el segundo el precio que tal vez considere o no pagar por hacer eso) Eso es igualdad pero no es equidad. La equidad se trata de que todos sean iguales ante la ley no la ley igual para todos sino todos iguales ante la ley y por tanto la ley no discrimine o genere discriminación por las diferencias. . No es lo mismo el que ganes 10000 euros al mes y pagues 20 a hacienda que ganes 40 y te pidan 20. Para haber equidad las leyes no han de ser iguales han de ser iguales las personas ante las leyes. Pero claro se trata de si las leyes valoran correctamente o no las diferencias reales que supongo que es lo que te quieres referir
#14 Entonces el Ministerio debería llamarse ministerio de equidad, no de igualdad.
#15 de igualdad de DERECHOS no de igualdad de leyes...
Joder con los juegos de palabras
Dejémoslo claro. Lidia es una terf jaleada por la voxemia.
Encanto?????
comprueben por sí mismos cómo, a estas alturas de 2020, a horcajadas de una crisis sanitaria y a las puertas de una crisis económica de proporciones globales, con todas las corruptelas de la Casa Real saliendo a la luz a chorro, lo urgente es combatir el pensamiento posmoderno, las desviaciones ideológicas de Foucault (fallecido en 1984) y la supuesta teoría queer
Qué no escupa hacia arriba el articulista que de estupideces innecesarias está servido todo el espectro político, incluido el que està en el poder.
Lidia Falcón o como acabar con el feminismo desde dentro.
#3 La Montero también aporta su granito de arena.
#5 Las mujeres tienen un gran problema con el feminismo actual, ya que se ha pasado de ser el hombre el que le decía como debía ser como mujer y como actuar a ser las propias feministas quienes lo hagan.
Unas toneladas de tila no le sentarían mal a la histérica.
#2 llamando histérica a una mujer.
Hay que ser Machista
Desde los años 70, Lidia Falcón defiende que la mujer es una clase social, en el sentido marxista, porque se ocupa del trabajo doméstico. La única pregunta que cabe hacerse es si es subnormal o qué.