Hace 17 años | Por mezvan a anfrix.com
Publicado hace 17 años por mezvan a anfrix.com

[c&p] ... Los indígenas atures que deseaba contactar Humboldt, según le contaron pobladores de la zona, habían sido atacados por caribes, y ya nada quedaba de ellos. Tras unos días le harían llegar la noticia de que solo un pequeño vestigio de la lengua atur quedaba vivo, un viejo loro casi desplumado que había pertenecido a uno de los últimos atures. Humboldt invertiría gran cantidad de tiempo intentando comprender los gritos y parloteos del loro, logrando llegar a catalogar 40 palabras tras un duro y arduo trabajo ...

Comentarios

Shinu

Sí que es curioso, pero en todo caso sería una lengua, no un dialecto.

Elias

Aunque el término "dialecto" no tiene en realidad las connotaciones negativas que la gente le quiere dar (como si tuviese menos importancia o fuese una forma incorrecta de hablar), leyendo el artículo parece que, efectivamente, se trataba de una lengua, y no de un dialecto de otra lengua que haya sobrevivido.

Vodker

¿Cuantas palabras puede "salvar" un loro?

No sé, pero a todas luces insuficiente para un dialecto o idioma, o como queráis.

P

Que a nadie se le ocurrio leer los comentarios?? Copio pasteo de los comentarios de la pagina:

[quote]
Por lo que pude leer era efectivamente un dialecto ya que era un desprendimiento muy maduro de una lengua aborigen hablada en común por las tribus de la región de la cuenca del Amazonas.[/quote]

Cidwel

muy curioso, pero nada. Dialecto muerto

D

Y lo de "dialecto" a qué viene??

D

La ignorancia confunde lenguas con dialectos, aunque si nos ponemos tontos todas las lenguas románicas derivan del latín vulgar, un dialecto del latín culto, vamos.

A

Los atures habitaban las orillas del Orinoco, eran vecinos de los maipures, que también desaparecieron. El loro no "salvó" la lengua, funcionó apenas como un grabador incompleto e inconexo que recogió algunos vocablos, los últimos balbuceos de una cultura en el dramático momento de su desaparición. Esto sucedió en esa zona donde el Orinoco, que viene del sur, tuerce hacia el este a casi mil kilómetros de su desembocadura en el Atlántico. En esa zona hay unos raudales -los raudales de Atures y Maipures, cerca de Puerto Ayacucho- que son lo único que impide la navegación entre la Orinoquia y la Amazonia, que están conectadas por el caño Casiquiare y el Río Negro, en el sur de Venezuela. La solución sería dinamitar los raudales, pero esta opción sería una salvajada desde el punto de vista ecológico. He sabido de esta anécdota, con un colofón que no sé si es ficción pero que ilustra de manera dramática el patetismo del suceso: el loro viajó a Alemania como parte de la colección naturalista que juntaron Humboldt y Bompland, pero allí escapó por una ventana. A que es poderosa la imagen: en los tejados de una helada ciudad alemana, un exhausto loro de las remotas selvas del trópico parlotea las últimas palabras de una cultura desconocida y ya muerta.