En estos tiempos de corrección política, en los que cualquier opinión, ironía o broma puede escandalizar a un montón de necios carentes de sentido del humor, leer a un personaje como Kingsley Amis es como beber un trago de agua tras una caminata por el desierto. O mejor dicho, como beber una cerveza, un bloody mary o un gin tonic, porque es el alcohol en todas sus múltiples variedades de lo que trata el último libro del autor británico publicado en España, Sobrebeber.
Comentarios
Británico tenía que ser como no.
El beber siempre hace que conozcas el fondo de la gente, y si alguien tiene buen vino con una borrachera ni violenta ni salida, probablemente sea una buena persona.
Yo sospecho de los que no se han emborrachado nunca, mi experiencia personal me ha dado sorpresas en ese sentido: algunas malas y otras simplemente que no esperaba. Obviamente me refiero a los que son abstemios puros sin ningún problema médico que lo justifique.
No creo que haga falta mucho manual, basta con leer los periódicos todos los días.
"Acompaña la comida con el vino que te plazca. Aquella pareja del norte de Inglaterra sobre la que leí en cierta ocasión, que había acompañado el rodaballo a la plancha con una botella de pipermín, debería constituir una inspiración (aunque no un ejemplo a seguir a rajatabla) para todos nosotros”
Hay que reconocer que el tipo tiene chispa. Y conmigo en lo de la cerveza ha acertado de pleno.
Como muchos gatos...
Me asquean los borrachos. Sobre todo Aznar.