El ingeniero jubilado austríaco Josef Fritzl, tristemente famoso desde el domingo pasado por el encierro y la violación de su propia hija durante casi un cuarto de siglo, es un hombre dinámico pero autoritario que escondía un vicio perverso.Según recuerdan numerosos vecinos y conocidos de Fritzl, éste siempre trataba de estar bronceado, coqueteaba con las mujeres y llamaba la atención por el exagerado cuidado de su jardín, donde se descubrió el calabozo subterráneo, en el que su hija Elisabeth tuvo que malvivir durante 24 años.
Comentarios
El abogado del monstruo dice que su defendido está emocionalmente roto, lo que tienen que tragar los abogados a causa de su oficio.
http://www.lavanguardia.es/lv24h/20080429/53457970129.html
#2 Llevas razón, porque o no tienes sentimientos o defender a un tio así te tiene que repatear las entrañas. Pero la justicia tiene siempre que proveer de un abogado de oficio, que no todos parecen tan culpables como este tio.
Me pregunto si existe algun tipo de pena o castigo a la altura de esta barbarie.
Espero que en la carcel encuentre lo mismo que encontró su hija.