Hace 14 años | Por Malandro a elconfidencial.com
Publicado hace 14 años por Malandro a elconfidencial.com

Aceptemos el cliché. La vida de un diplomático es dura y sacrificada. Siempre lejos de casa y al servicio de sus compatriotas allá donde el deber le reclame. Claro que en el caso del embajador español en Londres, Carles Casajuana, parece que la peor parte la asume su esposa. Controladora en el Centro de Control de Torrejón, es ella quien, en función de los célebres turneros, debe estar también siempre colgada del avión rumbo a Heathrow. No parecería razonable renunciar a un sueldo medio, según José Blanco, de 340.000 euros anuales.

Comentarios

D

No sé muy bien cómo calificar esta noticia.. Quiero decir, es noticia que la señora de un embajador no deje su trabajo para seguirlo a donde lo destinan? O es que, por el hecho de ser controladora, se convierte en noticia?

Sinceramente, he conocido a bastantes parejas en una situación similar, con unos puestos de trabajo estupendos (vaya, que cualquiera de los dos podría haber dejado de trabajar solo con el dinero que ingresaba el otro) y por el hecho de querer seguir con sus carreras han vivido entre semana separados. Si encima, tienes un trabajo de puta madre, que te gusta y en el que cobras un pastón, por qué tienes que dejarlo, para irte a otro lado en el que quizá, por trabajo de tu marido, estarás solo un par de años y no te dará tiempo ni para relacionarte?

Este hombre ya ha estado en Malasia, Vietnam y Brunei. Es lógico que la mujer esté hasta los huevos y no quiera seguirlo a ningún lado más.

D

#2 #4 No es una noticia, es un artículo de opinión.

D

¿Tú lo harías? Mírame a los ojos y dímelo: ¿tú lo dejarías?.
Entonces.

XAbou

¿Y no tiene el mismo derecho a dejar él su trabajo y buscar otro cerca del de su esposa?

D

Yo creo que en este caso es noticía que el embajador no deje el trabajo por estar junto a su mujer, pues no creo que un embajador cobre lo que gana un controlador. Pero claro, el estatus en este caso también cuenta.
Por lo menos en mi caso, si mi mujer gana el doble o el triple que yo, me voy donde la destinen a ella. Ya me preocuparé luego de buscar un trabajo que se adapte a mis necesidades.