Hace 11 años | Por --34696-- a politica.elpais.com
Publicado hace 11 años por --34696-- a politica.elpais.com

Más que los cigarrillos que le apagaron en los brazos, más que el escozor causado por el espray con el que le rociaron los genitales, más que lo que sintió cuando le sodomizaron con un palo entre sus nueve compañeros de celda... Más que todo su relato de las vejaciones que acumuló en los 626 días que estuvo preso, más que todo eso, a este hombre menudo, ligeramente encorvado hacia delante, y que tiende a repetir la última frase que pronuncia como para creerse a sí mismo, le queman, le escuecen y le duelen las entrañas.

Comentarios

allioli

Y por supuesto en Italia, como en España, la policía no tortura a nadie.

AitorD

"Para entonces ya era una víctima perfecta, carne de cañón, una cabeza de turco inmejorable para el primero que pasara. Y la que pasó fue “una amiga rumana”. Se llamaba Diana.

Salió con ella “a tomar algo alguna vez”. Un día, ella le pidió su carné de identidad “a cambio de 700 euros para ayudar a un familiar a venir a España”. Óscar aceptó el trato y el dinero.

Ocho años más tarde, el 5 de julio de 2010, unos guardias civiles se presentaban en el lavadero y se lo llevaban detenido a Madrid."

D

Un día, ella -una "amiga" rumana- le pidió su carné de identidad “a cambio de 700 euros para ayudar a un familiar a venir a España”. Óscar aceptó el trato y el dinero.

Sin comentarios...

reemax

#2 ¿Por qué sin comentarios? Si te has leído el texto del meneo, queda claro que este hombre por desgracia no tiene la misma capacidad de razonar y pensar que podemos tener cualquiera. Lo que de toda la vida se ha llamado peyorativamente "tonto" o "limitadito". De ese tipo de personas es muy fácil aprovecharse, no tiene la capacidad que tenemos tú o yo de saber que si dejas tu DNi a alguien te puedes buscar el cisco padre.

D

#3 No me he expresado bien. Simplemente es que no se qué decir ante esto. Por una parte es la clave del artículo, pero no se dice hasta el final de todo. Y por otro lado, sigo alucinando de que, por una parte, aún haya gente que no entienda el riesgo de prestar un DNI, y por otro que aún haya gente sin escrúpulos capaz de aprovecharse de semejante manera.