Hace 12 años | Por juvenal a elmundo.es
Publicado hace 12 años por juvenal a elmundo.es

El homenaje conjunto que este lunes brindó el Parlamento Europeo a Manuel Fraga, ministro de Franco y fundador del Partido Popular español, y al ex presidente checo Vaclav Havel ha levantado ampollas entre un grupo de eurodiputados que consideran inadecuado que se equiparase a ambos políticos.

Comentarios

McLaud_

#1 Será aceite...

D

#1 #4 Más bien yo diría que se parecen como un huevo a una castaña.

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#1 Las gallinas que entran por las que salen.

el_Tupac

#8 Kim Jong Fraga

D

#11 atacando así a un luchador por la libertad como Havel, que como explica #14 fue encarcelado varias veces por sus ideas, te pones al nivel de los que defienden la dictadura de Franco porque "había seguridad en las calles" o "porque hizo pantanos" o "porque mantuvo la paz en España".

D

#15 Havel un luchador por la libertad? No me hagas reír anda. Como mucho, luchador anticomunista, al servicio de los intereses de los EEUU, y bien pagado por ello.

Lo que nunca nos dijeron de Vaclav Havel

Frente a esa imagen de “luchador por las libertades y la democracia”, de hombre carismático e íntegro, si repasamos minimamente el recorrido vital de Havel, nos daremos cuenta de que no fue así, de que esa imagen fue una proyección interesada de los medios de comunicación del imperialismo.

Sin temor a exagerar, el anticomunismo de Vaclav Havel prácticamente le venía de familia. Familiares suyos colaboraron con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, su tío Milos fue detenido por colaboracionista. Para el sociólogo José Antonio Egido en su libro “Aquellos chicos tan majos. Disidencia anticomunista en los países del Este” Havel actúa “(...) como representante de una clase social derrotada. Siente hacia el comunismo todo el rencor de la antigua clase dominante derrotada y desalojada del poder”. Eso explica que cuando Havel fue elegido Presidente de la aún República de Checoslovaquia en 1989, tras la “revolución de terciopelo”, promulgara al poco tiempo una ley por la que se restituía a la antigua burguesía de sus bienes, concretamente, el propio Havel recuperó la propiedad del Palacio de Lucerna, un grupo de inmuebles lujosos en el centro de Praga, que había pertenecido a su abuelo aristócrata, además de un edificio de cinco plantas junto al río Vlatava, una villa y un restaurante en Barrandov, y un tercio de una villa en Zlim.

La restitución de los bienes a la antigua burguesía desplazada del poder, así como la ola de privatizaciones que siguió, permitió el rápido ascenso económico y social de dicha clase, sin ir más lejos, el propio Havel fue un buen ejemplo de ello comprando una lujosa mansión en Praga por valor de 40 millones de coronas. Mientras en 1991, el paro subió en más de un 5% y la inflación se disparó, especialmente en productos y servicios básicos como la alimentación o los transportes. Quedaba bien claro que cuando Havel se refería a las “libertades” y a la “democracia” lo hacía para esa clase burguesa desposeída de sus riquezas y no para la clase obrera que vio como su nivel y condiciones de vida caían en picado: se elimina la seguridad social gratuita, se reduce el presupuesto dedicado a enseñanza y sanidad a niveles irrisorios, y se aumenta la edad de jubilación.

Havel convirtió a la República checa, ya separada de Eslovaquia, en un bastión del imperialismo norteamericano más agresivo en Europa. Apoyó las agresiones a Irak durante la Guerra del Golfo de 1990 y la invasión de 2003, igualmente apoyó la invasión a Afganistán en el 2001, así como la agresión a Serbia en 1999, en este último caso levantando una fuerte polémica en Chequia debido a los lazos de hermandad eslava entre los pueblos serbio y checo. Poco ha parecido preocuparle a Havel las graves violaciones de los derechos humanos en esos países y la imposición de gobiernos “manu militari” por el imperialismo. Lógicamente, una vez en el poder no podía morder la mano que le dio de comer, que lo puso directamente en el poder engañando a las masas. En 1993, hace ingresar a la República checa en la OTAN, esa organización tan defensora de la “democracia” y de los “derechos humanos” como ha demostrado en numerosas ocasiones en Afganistán, Serbia, o con las redes de espionaje “stay behind” en numerosos países de la Europa occidental. Más tarde ofrece el territorio checo para la instalación del escudo antimisiles norteamericano en un claro acto de beligerancia contra Rusia.

Como bien dijo Fiscer, uno de los compañeros de Havel en “Carta 77” y en el Foro Cívico: “Havel no es el demócrata que los medios de comunicación presentan. Su programa se reduce a estupideces seudohumanistas. Sus asesores, algunos de los cuales se relacionan con la CIA, lo aíslan sistemáticamente de toda crítica y de otras tendencias en el seno del Foro Cívico”. Y bien que lo demostró: miles de militantes del Partido Comunista de Checoslovaquia (KSC) fueron despedidos de sus puestos de trabajo, cientos de militantes comunistas fueron agredidos sin que las autoridades movieran ni un dedo, sedes del Partido fueron asaltadas e incendiadas, mientras todo aquel que mostrara su desacuerdo con Havel corría el riesgo de acabar con sus huesos en la cárcel. Los ataques racistas a la minoría gitana de Chequia se multiplicaban por todo el país y desde entonces no han cesado.

En 1992 exigió la disolución del Parlamento checo y del gobierno mediante decreto, aprueba leyes prohibiendo la difusión del comunismo, por ejemplo, prohíbe el uso de la estrella roja y la hoz y el martillo, como anécdota la marca de cervezas Heineken se tiene que vender en Chequia sin la estrella roja de su logo. Prohíbe igualmente a la militancia comunista trabajar en la función pública. La República checa creada por Havel y cuya labor continuó su “rival político” pero compañero durante la “revolución de terciopelo”, Vaclav Klaus, ha ilegalizado a la juventud comunista checa y tiene enfilado al Partido Comunista de Bohemia y Moravia (KSCM) que cuenta con un respaldo de entre el 10 y el 15% del electorado checo y es, en cierta manera, heredero del KSC.

D

No me extraña, la verdad. Los dos fueron anticomunistas furibundos, y los dos trampearon los procesos de transición en sus respectivos países para transformar las aspiraciones de libertad de sus pueblos, en meros sistemas dictatoriales del capital, ideados para otorgar todo el poder del estado a unos pocos, aumentar cada vez más las diferencias sociales, y legislar a base de órdenes que vienen desde los poderes financieros. En los dos países, además, se han hecho leyes para castigar, reprimir e ilegalizar movimientos políticos que, teniendo fuerza y apoyo popular, pongan en tela de juicio todo lo anterior. Eso sí, el checo, al menos, tiene menos muertos en el armario.

IkkiFenix

Vaya dos elementos, uno con un pasado franquista y varios asesinatos a sus espaldas, y otro que vendió armas a Pinochet, prohibió los partidos que no le gusaban y apoyó las invasión de Irak entre otras lindezas:

http://blogs.publico.es/dominiopublico/4503/el-otro-vaclav-havel/

S

Pues sí, la comparación entre uno y otro es bastante sorprendente. Comprendo que haya demócratas que se hayan sentido incómodos con esa idea

D

La muerte: iguala a nobles y plebeyos, ratas y humanos, asesinos y victimas, fraga y havel

McLaud_

#3 En lo físico si, no en el legado que es de lo que trata la polémica.

rafaelbolso

La comparación es ofensiva.

ElEscribanoEnfurecido

podrian meter a hitler y a chiquito de la calzada , total una gilipollez mas que una menos da lo mismo

D

Curioso que la Eurocámara se dedique a homenajear a terroristas. Será que no tienen nada mejor que hacer

D

(edited)

themarquesito

En alguna cuneta, varios cadáveres se están removiendo.

w

Homenaje a Caín y Havel.

DaniTC

#16 Yo pondría Havel también en cursiva.