Ya avisó la encuesta publicada por el diario El País con motivo del Nou d'Octubre: en aquel momento, el PP ya no conseguía la mayoría absoluta, y no podría gobernar ni siquiera con el hipotético apoyo de UPyD. Semanas después, un esperpéntico acto de reafirmación electoral disfrazado de sociedad civil valenciana constató algo insólito: que el PP necesitaba tocar a rebato a los suyos, pasar lista, ver quiénes venían y quiénes no... Y que se notaron algunas ausencias.Tantas, que aún no sabemos quién figura en la famosa lista de 1000 adhesiones.
Comentarios
Acto de reafirmación con Cristina Tárrega al frente. Está todo dicho.
¿Solo camino? Con el panorama que tiene tenía que estar camino pero del talego (cárcel, por si hay alguno "especial").
#3 Hay un porcentaje de la población cuyo medio de vida depende que el PP siga en el poder.
No es que la gente en Valencia sea totalmente subnormal, es que cualquier gobierno corrupto depende para gobernar de tener unos votos garantizados mediante la compra de esos votos con favores que se hacen desde el gobierno... por ejemplo si todos los cafés que se pagan desde la Generalitat se los compras a "Cafetería Jose", pues los de esa cafetería siempre te votarán aunque sepan de sobra que eres un puto corrupto.
Yo creo que están más o menos llegando a su suelo, es decir, les van a votar los que son directamente beneficiados por los mamoneos.
En cuanto mi tia Carmen saque el tema de "som Valencians, no Catalans" sus amigas votan al PP sin dudarlo.
#6 Tienes razón, ahora entiendo lo de Andalucía!
Hasta que no lo vea, no me creo nada...
Lo raro es que no vayan camino de la tumba política con lo que están haciendo.
#2, por esto que dice el artículo:
«la principa baza que le queda al PP valenciano, además de agitar el espantajo catalanista (todo un clásico en la política valenciana), es la misma ya referida respecto de la política nacional: tocar a rebato a su electorado. Conseguir un escenario de altísima movilización electoral, y confiar en que, a la hora de la verdad, los gobiernos, sobre todo cuando llevan tantos años instalados en el poder, cuentan con inusitadas reservas de voto que aflora en apoyo de unas políticas o, más directamente, de un sistema clientelar.»
El problema actual del PP valenciano es que el sistema clientelar se le está desmoronando también.
La idiosincrasia del votante pepero es cínica y egoísta por naturaleza, además ampara la hipocresía de sus dirigentes,la Gürtel para él es algo natural así como el neolenguaje, nada que él no haría de verse en esa tesitura.
Puede perder unos miles de votos de indecisos, pero no os engañéis, su masa de votantes es tan persistente como la de la antigua H.B., votaran PP aunque prometan fustigarles en la plaza pública.
Como poco podría decirse que han hecho méritos.
solo queda jugar a tierra quemada y confiar en la estupidez valenciana. Y en cuatro años estaran de vuelta