Los dueños de las plantaciones de Alabama se enfrentan a un panorama sombrío. Impotentes, contemplan cómo se pudren sus cosechas, sin haber encontrado aún sustitutos para los miles de indocumentados que hasta hace menos de un mes recogían sus tomates y papas en largas jornadas bajo el sol. La entrada en vigor de la ley migratoria estatal, considerada la más severa de EE.UU., provocó un éxodo en los campos de este estado sureño y pocos estadounidenses o residentes legales desempleados han ocupado esos trabajos.
Comentarios
no hay nada como cuando nos cuesta dinero, que paguen jornales decentes y tendrán trabajadores.
Me alegro doblemente. Por un lado los más reaccionarios se darán cuenta de la política de mierda que llevan a cabo y por otro lado conseguirán que se eleven los salarios de los jornaleros.
¿sobreviviría este país sin su economía sumergida?