Hace 11 años | Por nanobot a diagonalperiodico.net
Publicado hace 11 años por nanobot a diagonalperiodico.net

Las ollas populares de Perú y Chile en los ochenta; la lucha contra la privatización del agua en Cochabamba... Es un error considerar estas luchas como algo pre-político, natural o un simple producto de la tradición, por eso hablamos de politizar estas luchas y reconocer a las mujeres como sujetos políticos, desde las madres que protestan contra la comida radioactiva en Fukushima hasta la madre que le tiró en diciembre un tupper ware a la presidenta de la comunidad de Madrid que ha cercado la educación pública y quiere cobrar un canon por comer

Comentarios

pkreuzt

Tirarle lo que sea a la Espe es más bien "tenerlos cuadrados", que igual al día siguiente te entran los GEO en casa mientras haces la comida, y te empuran por un atentado o algo así.

IvanDrago

Hay que ir dejando de lado el discurso de la no violencia, no digo que me gusten los actos violentos pero considero la violencia un recurso más, el último que se debe tomar, sí, pero creo que hemos llegado a ese punto.
Ha calado de una manera increible el discurso de que los actos violentos de la clase obrera son cosa del pasado y que la lucha de clases es un concepto anticuado e innecesario o al menos eso es lo que escucho decir a la gente trabajadora. Quieren que lo olvidemos, nos quieren hacer creer que los derechos de los que hemos disfrutado hasta ahora, han sido fruto de un proceso democrático cuando es absolutamente falso, en los 80 hubo una encarnizada lucha gracias a la cual se obtuvieron los derechos que ahora nos están robando.
He viajado mucho por españa, extremadura, valladolid, valencia... En todos estos sitios, cuando hablaba con la gente siempre matizaban las condiciones laborales tan ventajosas que existían en los convenios provincialea vascos con los del resto del estado.
Esto no fue por que la constitución nos diese más beneficios a nosotros o por que los patrones aquí sean mejores personas que en el resto del estado. Esto ha sido así por que aquí el concepto de clase estuvo muy arraigado, cuando los trabajadores hacían huelga toda la comunidad aportaba para las cajas de resistencia en solidaridad con los huelguistas, el ejemplo más claro de solidaridad obrera se dio en bilbo, en la batalla del euskalduna, fue la ciudad contra el poder, cara a cara. La policía llego a utilizar munición real y asesinaron a un hombre aquí y a otro en Asturias en una manifestación en apoyo a los trabajadores de Euskalduna.
De todas esas batallas vienen los beneficios laborales de los que se han estado disfrutando, se luchó y se ganó, por que no lo olvidéis, no hay empresa sin trabajadores, tenemos el poder y la capacidad de parar o mover el mundo. Pero para ello, es necesario alzar la cabeza y olvidar ese individualismo que nos han inculcado, hay que ver al compañero de trabajo como a un aliado y no como a un contrincante por mantener el puesto de trabajo en caso de que quieran despedir a uno de los dos... Esta situación no va a parar si no la paramos nosotros, con solidaridad, como clase.