“La vuelta al campo es un fenómeno extendido en las sociedades avanzadas” pero los expertos y los datos demuestran que tampoco se puede hablar de éxodo rural. Recientemente El País publicó un reportaje realizado en cuatro provincias de España (Segovia, Soria, Cáceres y Madrid) en el que entrevista a varias familias que se mudaron de la ciudad al campo por motivos diferentes, y también con resultados diferentes, y a estudiosos sobre el tema.
Si claro, las patatas crecen en los árboles y no hay que eslomarse para sacarlas de la tierra. Las sequías, inundaciones y heladas son bulos de los agricultores para vivir del cuento.
Cualquiera de ciudad que nunca en su vida ha visto o usado una azada (zoleta o zancho, como se les llama en los pueblos) llega al campo y se maneja perfectamente con el instrumento. Conoce a la perfección la siembra, los productos que se echan en la tierra...
Lo que hay que leer.
#1:
Vivir de la tierra en el pueblo es jodido. No hay descanso, todos los dias y todo el tiempo hay tareas que hacer y que no se pueden postergar. La vida y el trabajo es lo mismo en estos casos. No llegas a casa y te olvidas de todo hasta el dia siguiente.No desconectas nunca. El que se vaya que tenga en cuenta que se va a una vida realmente dura.
Si claro, las patatas crecen en los árboles y no hay que eslomarse para sacarlas de la tierra. Las sequías, inundaciones y heladas son bulos de los agricultores para vivir del cuento.
Cualquiera de ciudad que nunca en su vida ha visto o usado una azada (zoleta o zancho, como se les llama en los pueblos) llega al campo y se maneja perfectamente con el instrumento. Conoce a la perfección la siembra, los productos que se echan en la tierra...
#7 Conozco a varias familias que han vuelto al pueblo de sus abuelos, dos de ellas fueron despedidos de sus trabajos y tuvieron que dejar el piso donde vivían por no poder seguir pagando la hipoteca. La vida no es nada fácil para ninguno de ellos, por supuesto, pero por mucho que se eslomen en la ciudad, los adoquines y el asfalto no se comen, mientras que en el pueblo sí, comen de sus pequeñas huertas, gallinas y conejos.
Como dice #9 estas familias, criadas en ciudad, están reinventándose una forma de vivir nueva, completamente diferente a la anterior, y como dicen ellos, ahora dormimos sin sobresaltos, nos hemos quitado de encima muchos temas de preocupación (aunque sus preocupaciones ahora tienen otra cara, son menos agobiantes que las anteriores); claro que viven al día muchísimo más que antes, pero también se sienten más tranquilos, hasta los niños han ganado.
Y repito la vida del campo no es fácil, ni lo ha sido antes.
Vivir de la tierra en el pueblo es jodido. No hay descanso, todos los dias y todo el tiempo hay tareas que hacer y que no se pueden postergar. La vida y el trabajo es lo mismo en estos casos. No llegas a casa y te olvidas de todo hasta el dia siguiente.No desconectas nunca. El que se vaya que tenga en cuenta que se va a una vida realmente dura.
#1 Por muy dura que sea la vida en el campo, lo es muchísimo más en la ciudad, parado, desahuciado de tu casa y sin ninguna posibilidad de sobrevivir, al menos allí la comida no te faltará.
#3 no te digo que no, pero ponte un mes y otro mes y otro mes.. y asi para siempre..solo de pensarlo me agoto. Quien siempre ha vivido así no tiene problemas mayores, pero si vienes de la ciudad.. ¡¡agárrense los machos muchachosss!!
#1 No estoy de acuerdo en lo de que no desconectas. Es un ritmo de vida diferente, que sólo se conoce si te dedicas a ello. Yo soy hijo de hortelano, me he criado en el campo y he ido a plantar cebollino, cepellones, quiatr hierba, fumigar etc cuando salia del colegio, del instituto o ....ya de mayorcito con mis primeras resacas. Pero cuando no desconecto es ahora, pendiente del último mail, del asunto que me vence, pensar donde aparco mañana y por donde voy para poder llegar a tiempo ...etc
Respecto a vivir de la agricultura, ninguno de los que somos hijos de hortelanos, los que decidimos seguir estudiando y especialmente los que no, nos hemos hecho el planteamiento de volver a vivir del campo. La respuesta cuando surge la pregunta?: Olvídate. Nuestros padres nunca ganaron mucho dinero, si un año de cada diez vendían las cebollas a 40 cent/kg el resto apenas cubrían costes o estaban tan baratas que no merecía la pena recolectar y había que arar el trabajo de diez meses. O podían estar caras pero llegar una enfermedad no tratada.Y vuelta a empezar. Y vuelta a invertir. Este año tampoco hay vacaciones-
En estos últimos años además, se ha incrementado el robo de cobre de las instalaciones eléctricas y de tubos de aluminio: la estructura básica del riego por aspersión. A la que vuelves de comer o por la noche te lo han destrozado todo. Como no existe ninguna póliza de ninguna compañia que quiera asegurar esas contingencias la solución, ademas de las temerarias patrullas nocturnas, ha sido pasarse al secano, que deja mucho menos dinero, pero solo necesita lluvia y sol. Y a esperar a que llegue la jubilación mientras las pequeñas explotaciones de los pequeños pueblos pasan a ser nuevos e improductivos barbechos.
Y hay que tener suerte y que los del pueblo no te rechacen por ser el de la ciudad que viene a robarles... y traten de estafarte (lo digo por experiencia)
Si no eres del "pueblo" no te va a aceptar nunca. La presión social es muy fuerte y no es todo tan maravilloso. A no ser que seas el médico, el maestro o el boticario no te van a dar una oportunidad. Y sólo de la tierra es muy difícil vivir. Quizás en ciudades pequeñas si que se pueda comenzar una nueva vida, en un pueblo de 800-1000 habitantes posiblemente no encuentres ni albañil para que te haga las reformas y ojito con traértelos tú o hacerlas tú solito. No quiero ni imaginar lo que pueda pasar en pueblos más pequeños aún.
#10 Argumento muy poco elaborado tendente a la falacia. En los pueblos el boticario hace mucho que no manda, que no se dan latigazos al forastero y que existen colegios con su claustro de maestras y maestros que funcionan con criterios estrictamente educativos.
Volvamos al 2013 por favor, las boinas ya no van a rosca. De hecho no imaginas lo difícil que resulta encontrar una boina para la calva, mucho más que un albañil
#12 Conoces a mucha gente de pueblo con boina? Porque yo a ninguno. Pero si te digo que a un "forastero" y con eso me refiero a la pareja del hijo que emigró, a ése, a ése no lo aceptan. Lo digo por experiencia y como nieta "forastera".
Comentarios
#2 #3
Si claro, las patatas crecen en los árboles y no hay que eslomarse para sacarlas de la tierra. Las sequías, inundaciones y heladas son bulos de los agricultores para vivir del cuento.
Cualquiera de ciudad que nunca en su vida ha visto o usado una azada (zoleta o zancho, como se les llama en los pueblos) llega al campo y se maneja perfectamente con el instrumento. Conoce a la perfección la siembra, los productos que se echan en la tierra...
Lo que hay que leer.
#7 Conozco a varias familias que han vuelto al pueblo de sus abuelos, dos de ellas fueron despedidos de sus trabajos y tuvieron que dejar el piso donde vivían por no poder seguir pagando la hipoteca. La vida no es nada fácil para ninguno de ellos, por supuesto, pero por mucho que se eslomen en la ciudad, los adoquines y el asfalto no se comen, mientras que en el pueblo sí, comen de sus pequeñas huertas, gallinas y conejos.
Como dice #9 estas familias, criadas en ciudad, están reinventándose una forma de vivir nueva, completamente diferente a la anterior, y como dicen ellos, ahora dormimos sin sobresaltos, nos hemos quitado de encima muchos temas de preocupación (aunque sus preocupaciones ahora tienen otra cara, son menos agobiantes que las anteriores); claro que viven al día muchísimo más que antes, pero también se sienten más tranquilos, hasta los niños han ganado.
Y repito la vida del campo no es fácil, ni lo ha sido antes.
#7 No has interpretado bien mi comentario.
Vivir de la tierra en el pueblo es jodido. No hay descanso, todos los dias y todo el tiempo hay tareas que hacer y que no se pueden postergar. La vida y el trabajo es lo mismo en estos casos. No llegas a casa y te olvidas de todo hasta el dia siguiente.No desconectas nunca. El que se vaya que tenga en cuenta que se va a una vida realmente dura.
#1 Por muy dura que sea la vida en el campo, lo es muchísimo más en la ciudad, parado, desahuciado de tu casa y sin ninguna posibilidad de sobrevivir, al menos allí la comida no te faltará.
#2 Claro, por que todo el mundo tiene terrenos donde plantar suficiente comida para toda su familia durante todo el año......
Es increíble la cantidad de personas que viven en los mundos de Yupi.
#CieloSantoQuePaís
#1 Al menos no es trabajo enajenado, y sabes porqué haces lo que haces.
#3 no te digo que no, pero ponte un mes y otro mes y otro mes.. y asi para siempre..solo de pensarlo me agoto. Quien siempre ha vivido así no tiene problemas mayores, pero si vienes de la ciudad.. ¡¡agárrense los machos muchachosss!!
#4 Entiendo. Supongo que es cuestión de prioridades, como todo.
#1 No estoy de acuerdo en lo de que no desconectas. Es un ritmo de vida diferente, que sólo se conoce si te dedicas a ello. Yo soy hijo de hortelano, me he criado en el campo y he ido a plantar cebollino, cepellones, quiatr hierba, fumigar etc cuando salia del colegio, del instituto o ....ya de mayorcito con mis primeras resacas. Pero cuando no desconecto es ahora, pendiente del último mail, del asunto que me vence, pensar donde aparco mañana y por donde voy para poder llegar a tiempo ...etc
Respecto a vivir de la agricultura, ninguno de los que somos hijos de hortelanos, los que decidimos seguir estudiando y especialmente los que no, nos hemos hecho el planteamiento de volver a vivir del campo. La respuesta cuando surge la pregunta?: Olvídate. Nuestros padres nunca ganaron mucho dinero, si un año de cada diez vendían las cebollas a 40 cent/kg el resto apenas cubrían costes o estaban tan baratas que no merecía la pena recolectar y había que arar el trabajo de diez meses. O podían estar caras pero llegar una enfermedad no tratada.Y vuelta a empezar. Y vuelta a invertir. Este año tampoco hay vacaciones-
En estos últimos años además, se ha incrementado el robo de cobre de las instalaciones eléctricas y de tubos de aluminio: la estructura básica del riego por aspersión. A la que vuelves de comer o por la noche te lo han destrozado todo. Como no existe ninguna póliza de ninguna compañia que quiera asegurar esas contingencias la solución, ademas de las temerarias patrullas nocturnas, ha sido pasarse al secano, que deja mucho menos dinero, pero solo necesita lluvia y sol. Y a esperar a que llegue la jubilación mientras las pequeñas explotaciones de los pequeños pueblos pasan a ser nuevos e improductivos barbechos.
#15 Lo dices por tu experiencia y en un pueblo en concreto...
Y hay que tener suerte y que los del pueblo no te rechacen por ser el de la ciudad que viene a robarles... y traten de estafarte (lo digo por experiencia)
#6 Antes la situación era a la inversa, el paleto y estafado era el que iba del pueblo a la ciudad.
Si no eres del "pueblo" no te va a aceptar nunca. La presión social es muy fuerte y no es todo tan maravilloso. A no ser que seas el médico, el maestro o el boticario no te van a dar una oportunidad. Y sólo de la tierra es muy difícil vivir. Quizás en ciudades pequeñas si que se pueda comenzar una nueva vida, en un pueblo de 800-1000 habitantes posiblemente no encuentres ni albañil para que te haga las reformas y ojito con traértelos tú o hacerlas tú solito. No quiero ni imaginar lo que pueda pasar en pueblos más pequeños aún.
#10 Argumento muy poco elaborado tendente a la falacia. En los pueblos el boticario hace mucho que no manda, que no se dan latigazos al forastero y que existen colegios con su claustro de maestras y maestros que funcionan con criterios estrictamente educativos.
Volvamos al 2013 por favor, las boinas ya no van a rosca. De hecho no imaginas lo difícil que resulta encontrar una boina para la calva, mucho más que un albañil
#12 Yo diría mito o estereotipo.
#13 preferí editar...
#12 Conoces a mucha gente de pueblo con boina? Porque yo a ninguno. Pero si te digo que a un "forastero" y con eso me refiero a la pareja del hijo que emigró, a ése, a ése no lo aceptan. Lo digo por experiencia y como nieta "forastera".