Para defender ciertas actuaciones, muchos comentaristas aluden a que el feminismo busca la igualdad.
No es cierto.
Lo que puede tener cierta apariencia de igualdad -aunque aún así se puedan dar muchos argumentos en contra- deja de serlo cuando no se pide la misma igualdad cuando el perjudicado es el otro sexo. Nunca hay discriminaciones positivas si de media los hombres son los que sufren las consecuencia de una determinada parte de la realidad.
Del mismo modo se pone el foco en las partes que conviene, así se considera el sueldo medio de unas respecto al de otros cuando se podría considerar la renta sobre la que toman decisiones, incluyendo a los que dejan todo el sueldo a su esposa o ex -sea de forma voluntaria o forzada- o los que duermen en la calle que son mayoritariamente hombres. Otros ejemplos son el fraude de paternidad que en la práctica casi solo pueden cometer las mujeres o los accidentes laborales.
Estos mismos ejemplos niegan el mantra feminista de que la mujer está más perjudicada o está dominada por el varón, por cada cosa de la que se pueden quejar unas se puede encontrar otra de la que se puedan quejar los otros.
Simplemente hay un grupo al que le da mejor resultado quejarse
Portada
mis comunidades
otras secciones
Para defender ciertas actuaciones, muchos comentaristas aluden a que el feminismo busca la igualdad.
No es cierto.
Lo que puede tener cierta apariencia de igualdad -aunque aún así se puedan dar muchos argumentos en contra- deja de serlo cuando no se pide la misma igualdad cuando el perjudicado es el otro sexo. Nunca hay discriminaciones positivas si de media los hombres son los que sufren las consecuencia de una determinada parte de la realidad.
Del mismo modo se pone el foco en las partes que conviene, así se considera el sueldo medio de unas respecto al de otros cuando se podría considerar la renta sobre la que toman decisiones, incluyendo a los que dejan todo el sueldo a su esposa o ex -sea de forma voluntaria o forzada- o los que duermen en la calle que son mayoritariamente hombres. Otros ejemplos son el fraude de paternidad que en la práctica casi solo pueden cometer las mujeres o los accidentes laborales.
Estos mismos ejemplos niegan el mantra feminista de que la mujer está más perjudicada o está dominada por el varón, por cada cosa de la que se pueden quejar unas se puede encontrar otra de la que se puedan quejar los otros.
Simplemente hay un grupo al que le da mejor resultado quejarse