George Orwell, en 1984 y en numerosos de sus artículos, denunció la corrupción lingüística como arma de control del pueblo: la tiranía es libertad, la guerra es paz, la uniformidad es igualdad... Al destrozar el lenguaje, el dominador se asegura que el dominado no será capaz de entender la realidad y, por tanto, no podrá desarrollar herramientas lingüísticas para modificarla. El pensamiento es lingüístico. Para nuevas realidades, inventamos términos nuevos, y para realidades conocidas, debemos limpiar los malos usos. Decía Camilo José Cela que novela es toda aquella obra delante de la cual alguien escribe la presentación "novela". No es cierto. La novela moderna nace del conflicto del individuo con la realidad, se basa en la interiorización por parte del individuo de ese conflicto (conciencia) y en su desarrollo artístico. La expresión "novela nonata" es discutible (es una propuesta), pero lo que no puede ser discutible en una democracia es el derecho a debatirlo y a darlo a conocer a quien pueda interesarle. JM.
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JM