Este dictadorzuelo le está echando un pulso al ministerio porque no se quiere plegar a sus caprichos. El MICINN, después de haberle reclutado cuando fue despedido de la empresa privada, haberle dado todo el dinero que pudo, haberle mantenido intocable, aguantado todos sus caprichos y rabietas con despidos fulminantes y decisiones arbitrarias sin contar con la opinión de nadie, ahora se niega a pasar por alto la legalidad y concederle su capricho de montar una empresa privada para explotar el conocimientos adquirido con financiación pública.
Y la estrategia que ha tomado es acudir a los medios de comunicación a gritar cual Belén Esteban de la ciencia. Para su beneficio no duda en jugar con los sentimientos y esperanzas de miles de pacientes de cáncer y sus familias, que pueden verse engañados con afirmaciones tan peregrinas como que ha encontrado una cura para el cáncer o que no le dan dinero, cuando lo que ha hecho es jugar con unos ratoncitos pagados a precio de oro por todos nosotros, aún a costa de las investigaciones del resto de científicos del país.
Patético, y claro, la gente se deja engañar ...
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El articulillo está muy bien, pero yo prefiero leer el libro original de Carl Zimmer, "A planet of viruses". Pero si no lees en inglés, quieres ahorrarte la pasta del libro o sólo tienes tiempo para un resumencillo, pues lee este artículo.