La verdad es que lees Oligarquía y caciquismo, de Joaquín Costa y, un siglo después este país sigue siendo más de lo mismo, quizá hasta los apellidos de los caciques de muchos lugares, sean idénticos a los de entonces.
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Otro que se va, he entrado poco a intervenir, pero he seguido mucho no sólo las noticias sino los comentarios. Desinstalo la aplicación y a ver las noticias en los medios alternativos ya que los periódicos de toda la vida nos cuentan muchos cuentos. Al final la extrema derecha sigue campando por sus anchas en este país, supongo que es lo que tiene tener todo el respaldo económico necesario para conseguir su fin. Seguiremos siendo un país falto de información veraz, de espítiru crítico y por tanto, de democracia. Hay que callar al que piensa diferente para poder imponer el pensamiento único.