#1 Puedes modificar el titular perfectamente si es descriptivo del contenido de forma general y eso no es microblogging. Siempre es mucho mejor eso que un titular clickbait.
Espero que esto no sea IA porque la foto de esta ballena es absolutamente descomunal. Hay pocos animales más majestuosos e impresionantes que las ballenas.
En espacio:
- Si hubiésemos nacido en el seno de una familia musulmana de Arabia saudí tendríamos otros pensamientos y preocupaciones.
- O si hubiésemos nacido en el seno de una tribu de Papua Nueva Guinea.
- O en el seno de una familia de Mozambique en un barrio pobre y en plena guerra.
- O en una familia de empresarios japoneses que te lo dan todo desde que naces.
Y en tiempo:
- Si hubiésemos nacido en la edad de Piedra.
- O durante la peste que asoló Europa.
- O en la China medieval.
1. El camino de Epicuro.
2. La vía politica: El ser humano, o al menos algunos de sus especímenes, evoluciona y deja atrás el mundo de los impulsos para convertirse en una criatura civilizada. Y aparece entonces, dice Aristóteles, el segundo de los posibles caminos en la búsqueda de la felicidad: la vía política. Con ello, el pensador no insinuaba que para ser felices es necesario ostentar un cargo público, ni mucho menos. La búsqueda de la felicidad por medio de la política es la vía en la que muchos nos hemos estancado en realidad. Es una vía que busca honores, grandes hazañas y riquezas como señal de la felicidad. El problema es que esta felicidad puede ser arrebatada. Hasta el hombre más rico puede perderlo todo en un suspiro, hasta el hombre más honorable puede ver sus títulos pisoteados por sus iguales.
3. La eudaimonía. La palabra eudaimonía, que el pensador recoge en su Ética para Nicómaco, está formada de las palabras griegas ‘eu’, “bien”, y ‘daimon’, “espíritu”. Es, por tanto, el buen espíritu. La buena vida.
¿Qué es lo único que nadie nos puede arrebatar?, se preguntaba Aristóteles. Y la respuesta era la virtud. Para el pensador, esto iba mucho más allá de un buen acto puntual. La virtud era una forma de existir en el mundo, una construcción de la personalidad premeditada e inclinada hacia hacer el bien.
¿Y cómo encontrar la virtud, la ‘areté’, como diría el griego? Buscando el punto medio entre el exceso y el defecto, y haciendo para ello uso de la razón.
No sé si es a esto a lo que se refiere Aristóteles pero me he dado cuenta que desde que me centro más en ser bueno y amable con los demás tratando de hacer las cosas lo mejor posible o al menos de forma correcta y desde que me he empezado a quitar sentimientos y necesidades de competencia o de demostrar algo, me siento más satisfecho.
Me satisface más eso, ver a los demás bien gracias a algo que yo haya podido decir, hacer o simplemente por mi acompañamiento que el recibir elogios por mi trabajo.
El periodista ha tenido a buen ver incluir el nombre de la bacteria en el cuerpo del texto (menos mal), aunque lo ideal hubiese sido que se hubiese colocado en el título o subtítulo. Pero los nombres de los microorganismos se escriben en CURSIVA, el género en mayúscula y la especie en minúscula Sería Vibrio pectenicida... y ya me relajo.
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