Soy un gran aficionado del afeitado clásico. Entre las ventajas de este tipo de cuidado personal hay un par de variables que creo preciso recordar: El placer que proporciona y la mejora evidente en el estado/cuidado de la piel.
En mi caso he pasado de considerar el afeitado diario como una rutina coñazo, un castigo o un mal inevitable o irremediable a verlo como el momento más placentero del día (descontando lo único) y que me dedico a mí al 100 por 100.
La sensación de placer que proporcionan una buena brocha de tejón o cerda + una crema/jabón de afeitar de calidad + una espuma final untuosa, deslizante y protectora + una cuchilla bien afilada montada en una maquinilla antigua (en perfecto estado) o fabricada en nuestros días + un buen tratamiento post afeitado a base de bálsamos hidratantes y lociones refrescantes, no la supera ninguna espuma enlatada atiborrada de sustancias de dudosa salubridad, ni cualquier artilugio del demonio con tropecientas cuhillas o rasuradora electrica. Se nota que me encanta ¿no?
Respecto al tema de la salud de la piel, no hay color. Ayuda realmente a remediar problemas de pelos enquistados, irritaciones o quemazones bestiales tras el afeitado, incomodidad permanente después de cada afeitado, etc. La suavidad y equilibrio que he notado con el tiempo es más que notable. Deja la cara de vicio y el pelo sale ordenadito y como debe ser.
Una pasada y un gustazo.
La técnica es fácil de adquirir y la curva de aprendizaje es muy rápida. Sólo puedo recomendarlo o al menos recomendar informarse algo antes de deshechar esta posibilidad de cuidado facial y personal para el hombre. No os arrepentiréis.
Una vez cogido el tranquillo te puedes afeitar perfectamente en 15 minutos, dejando para los fines de semana la orgía de la espuma, si quieres.
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Soy un gran aficionado del afeitado clásico. Entre las ventajas de este tipo de cuidado personal hay un par de variables que creo preciso recordar: El placer que proporciona y la mejora evidente en el estado/cuidado de la piel.
En mi caso he pasado de considerar el afeitado diario como una rutina coñazo, un castigo o un mal inevitable o irremediable a verlo como el momento más placentero del día (descontando lo único) y que me dedico a mí al 100 por 100.
La sensación de placer que proporcionan una buena brocha de tejón o cerda + una crema/jabón de afeitar de calidad + una espuma final untuosa, deslizante y protectora + una cuchilla bien afilada montada en una maquinilla antigua (en perfecto estado) o fabricada en nuestros días + un buen tratamiento post afeitado a base de bálsamos hidratantes y lociones refrescantes, no la supera ninguna espuma enlatada atiborrada de sustancias de dudosa salubridad, ni cualquier artilugio del demonio con tropecientas cuhillas o rasuradora electrica. Se nota que me encanta ¿no?
Respecto al tema de la salud de la piel, no hay color. Ayuda realmente a remediar problemas de pelos enquistados, irritaciones o quemazones bestiales tras el afeitado, incomodidad permanente después de cada afeitado, etc. La suavidad y equilibrio que he notado con el tiempo es más que notable. Deja la cara de vicio y el pelo sale ordenadito y como debe ser.
Una pasada y un gustazo.
La técnica es fácil de adquirir y la curva de aprendizaje es muy rápida. Sólo puedo recomendarlo o al menos recomendar informarse algo antes de deshechar esta posibilidad de cuidado facial y personal para el hombre. No os arrepentiréis.
Una vez cogido el tranquillo te puedes afeitar perfectamente en 15 minutos, dejando para los fines de semana la orgía de la espuma, si quieres.