En realidad, todos los símbolos identitarios y las tradiciones son un invento. Alguien se los sacó de la manga (probablemente hace no mucho), y una multitud los ha abrazado como una especie de axioma que los define. Y la mayor parte es eso, una costumbre que se ha elevado a los altares de la "tradición" y el "toda la vida". Y está bien, así somos los humanos. El problema es cuando se defienden estas tradiciones con vehemencia, violencia o el convencimiento de que son inmutables, puras y divinas. Algunos ejemplos de diferente entidad o importancia:
- La paella (cuya receta original probablemente no existe)
- La carbonara (un invento de los años 40 sacralizado a tradición italiana)
- Los nacionalismos en general. Esto de aquí es mu güeno, somos diferentes a nuestros vecinos (MUY DIFERENTES Y MEJORES), nuestros antepasados eran sabios, siempre se hizo y se dijo esto, esta zona geográfica es especial, etc. etc.
- La tauromaquia: el maltrato animal practicado durante siglos, hasta que, sobre 1910, se les ocurre formar un canon de lo que es el toreo y se extiende la idea de que se trata de un arte exquisito con unas estrictas normas que le dan un valor especial.
- El fascismo y sus derivados, como reflejo del miedo cavernícola al extraño, y la exaltación de lo propio hasta la náusea (y la violencia desmedida)
- La paella (cuya receta original probablemente no existe)
- La carbonara (un invento de los años 40 sacralizado a tradición italiana)
- Los nacionalismos en general. Esto de aquí es mu güeno, somos diferentes a nuestros vecinos (MUY DIFERENTES Y MEJORES), nuestros antepasados eran sabios, siempre se hizo y se dijo esto, esta zona geográfica es especial, etc. etc.
- La tauromaquia: el maltrato animal practicado durante siglos, hasta que, sobre 1910, se les ocurre formar un canon de lo que es el toreo y se extiende la idea de que se trata de un arte exquisito con unas estrictas normas que le dan un valor especial.
- El fascismo y sus derivados, como reflejo del miedo cavernícola al extraño, y la exaltación de lo propio hasta la náusea (y la violencia desmedida)