Portada
mis comunidades
otras secciones
Pues, la verdad, mi teléfono móvil valió bastante menos que todos los libros que tuve que comprar para la ESO y Bachillerato, por no decir que me ha ayudado mucho más a manejar la información, a desarrollar mi capacidad crítica y a ponerme en contacto con gente y culturas que de otra forma no habría llegado a conocer. Y no solo eso, sino que resulta que a día de hoy sigue siendo una herramientas esencial en mi vida académica en la universidad, porque muchas veces es la única forma que tengo para acceder a libros que necesito para hacer trabajos que nos mandan a cien personas a la vez y que no puedo conseguir en la biblioteca porque, vaya por Dios, no hay fondos suficientes para garantizar una educación de calidad y actualizada. Por no hablar ya de lo que supone tener un móvil con acceso a internet y toda tu red de contactos para tu crecimiento personal, ya no solo por el mero hecho de poder comunicarte a distancia al instante, sino porque ser capaz de encontrar respuestas a tus preguntas de una forma tan directa estimula mucho más la curiosidad que todas las enciclopedias que he consultado en bibliotecas en toda mi vida.
Así que, por favor, a ver si dejamos de criminalizar el desarrollo tecnológico y comunicativo para justificar que los impuestos que tan meticulosamente se recaudan entre toda esa gente que difícilmente llega a cobrar 1000 euros al mes (si es que tiene trabajo) no se inviertan en garantizar una educación pública gratuita y de calidad. No consiento que nadie me haga sentir mal por gastarme mi dinero en intentar tener una calidad de vida aceptable.
Pues, la verdad, mi teléfono móvil valió bastante menos que todos los libros que tuve que comprar para la ESO y Bachillerato, por no decir que me ha ayudado mucho más a manejar la información, a desarrollar mi capacidad crítica y a ponerme en contacto con gente y culturas que de otra forma no habría llegado a conocer. Y no solo eso, sino que resulta que a día de hoy sigue siendo una herramientas esencial en mi vida académica en la universidad, porque muchas veces es la única forma que tengo para acceder a libros que necesito para hacer trabajos que nos mandan a cien personas a la vez y que no puedo conseguir en la biblioteca porque, vaya por Dios, no hay fondos suficientes para garantizar una educación de calidad y actualizada. Por no hablar ya de lo que supone tener un móvil con acceso a internet y toda tu red de contactos para tu crecimiento personal, ya no solo por el mero hecho de poder comunicarte a distancia al instante, sino porque ser capaz de encontrar respuestas a tus preguntas de una forma tan directa estimula mucho más la curiosidad que todas las enciclopedias que he consultado en bibliotecas en toda mi vida.
Así que, por favor, a ver si dejamos de criminalizar el desarrollo tecnológico y comunicativo para justificar que los impuestos que tan meticulosamente se recaudan entre toda esa gente que difícilmente llega a cobrar 1000 euros al mes (si es que tiene trabajo) no se inviertan en garantizar una educación pública gratuita y de calidad. No consiento que nadie me haga sentir mal por gastarme mi dinero en intentar tener una calidad de vida aceptable.