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ICO no es solo, y en varios sentidos, un videojuego esencial, sus excepcionales valores estéticos y su lograda autocontención narrativa lo han señalado además como avanzadilla de la artisticidad en videojuegos.
Podría ser sintomático: el macho gusta de tasar por tamaño y cantidad, mientras que la hembra vierte su criterio por la calidad y el valor intrínseco. Dado por cierto que el entretenimiento por vídeo se encauzó como asueto y desafío a la programada presencia de testosterona en un público objetivo, la hombría latina del ‘citius-altuis-fortius’ ha sido siempre una pauta en el desarrollo del lúdico electrónico, y SEGA, acaso atávicamente, lo hendió en el literalmente excepcional VIRTUA RACING de Mega Drive.
Cuando cabía esperar que una nueva entrega de la serie recabara en las posibilidades de la Wii Balance Board o de un recién mejorado Wii Remote, WarioWare: D.I.Y. viene, sin embargo a aprovechar la particular versatilidad de la interfaz táctil de Nintendo DS para ponernos en el lugar de uno cualquiera de los personajes empleados al servicio del gordinflón de la M invertida. En esta ocasión se trata de dar a luz nuestros propios microjuegos.
No es spam. Es un artículo.
EL PROCESO (1ª Parte). Por Pablo Muñoz. El debut de Playdead Studios y el creador y director Arnt Jensen se salda con un resultado tan fascinante como irregular: como experiencia estética y plataformas neoclásico, Limbo es excelente, pero como alegoría es torpe y especialmente discutible. (Seguir leyendo)
ICO no es solo, y en varios sentidos, un videojuego esencial, sus excepcionales valores estéticos y su lograda autocontención narrativa lo han señalado además como avanzadilla de la artisticidad en videojuegos.
Podría ser sintomático: el macho gusta de tasar por tamaño y cantidad, mientras que la hembra vierte su criterio por la calidad y el valor intrínseco. Dado por cierto que el entretenimiento por vídeo se encauzó como asueto y desafío a la programada presencia de testosterona en un público objetivo, la hombría latina del ‘citius-altuis-fortius’ ha sido siempre una pauta en el desarrollo del lúdico electrónico, y SEGA, acaso atávicamente, lo hendió en el literalmente excepcional VIRTUA RACING de Mega Drive.
Cuando cabía esperar que una nueva entrega de la serie recabara en las posibilidades de la Wii Balance Board o de un recién mejorado Wii Remote, WarioWare: D.I.Y. viene, sin embargo a aprovechar la particular versatilidad de la interfaz táctil de Nintendo DS para ponernos en el lugar de uno cualquiera de los personajes empleados al servicio del gordinflón de la M invertida. En esta ocasión se trata de dar a luz nuestros propios microjuegos.
EL PROCESO (1ª Parte). Por Pablo Muñoz. El debut de Playdead Studios y el creador y director Arnt Jensen se salda con un resultado tan fascinante como irregular: como experiencia estética y plataformas neoclásico, Limbo es excelente, pero como alegoría es torpe y especialmente discutible. (Seguir leyendo)
No entendemos porque es spam un artículo...
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