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El 14 de septiembre de 2015 el detector de LIGO en Livingston detectó una señal. Siete milisegundos más tarde el detector de LIGO en Hanford detectó la misma señal. Dichas señales son casi idénticas a las que predicen las simulaciones de...
Un accidente automovilístico cruzando la frontera entre México y Estados Unidos le produjo un daño cerebral que le quitó la memoria, la motricidad y la posibilidad de tener una vida normal. Pero sobre todo, le costó su identidad, pues el día del accidente no llevaba ningún documento.
Aislados de los demás animales y en espaciosas jaulas permanecen desde hace seis meses los nueve felinos que en septiembre del 2014 fueron incautados a un circo que los maltrataba y tras ser rescatados y cuidados los tres primeros meses por la CDMB se encuentran en manos de la fundación extranjera Animal Defenders International (ADI), que dispuso de todos los cuidados para preservar a las fieras.
Creo que nunca olvidaré la primera vez que vi Firefly. No soy de los que se dejan llevar por la histeria desenfrenada de un grupo de gente fanática (en este caso, de las series) y, para ser sinceros, la idea de ver naves espaciales comandadas por cowboys no me atraía en lo más mínimo.
El 14 de septiembre de 2015 el detector de LIGO en Livingston detectó una señal. Siete milisegundos más tarde el detector de LIGO en Hanford detectó la misma señal. Dichas señales son casi idénticas a las que predicen las simulaciones de...
Un accidente automovilístico cruzando la frontera entre México y Estados Unidos le produjo un daño cerebral que le quitó la memoria, la motricidad y la posibilidad de tener una vida normal. Pero sobre todo, le costó su identidad, pues el día del accidente no llevaba ningún documento.
Aislados de los demás animales y en espaciosas jaulas permanecen desde hace seis meses los nueve felinos que en septiembre del 2014 fueron incautados a un circo que los maltrataba y tras ser rescatados y cuidados los tres primeros meses por la CDMB se encuentran en manos de la fundación extranjera Animal Defenders International (ADI), que dispuso de todos los cuidados para preservar a las fieras.
Creo que nunca olvidaré la primera vez que vi Firefly. No soy de los que se dejan llevar por la histeria desenfrenada de un grupo de gente fanática (en este caso, de las series) y, para ser sinceros, la idea de ver naves espaciales comandadas por cowboys no me atraía en lo más mínimo.