#7 No hay mucho que analizar. Por un lado tienes la cultura, con una visión particular de la honra y el respeto que hace que puedan sentirse ofendidos con sencillez; también la masculinidad tóxica, donde la violencia como defensa de la honra y la familia está bien vista; y el propio concepto de familia, donde ofenden a uno, ofenden a todos, a muerte por la familia.
Si a eso le sumas la gran cantidad de alcohol y cocaína que se suele consumir en ese tipo de ceremonias, especialmente si las familias son algo marginales, tienes el cóctel perfecto para una batalla campal salvaje.
#3 Otra barbaridad. Bueyes dopados hasta las cachas, echando espuma por la boca, apalizados y pinchados mientras arrastran el pedrusco, con el peligro de que les revienten hasta las entrañas.
Si a eso le sumas la gran cantidad de alcohol y cocaína que se suele consumir en ese tipo de ceremonias, especialmente si las familias son algo marginales, tienes el cóctel perfecto para una batalla campal salvaje.