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La columna de más de 1.500 marchistas indígenas llegó la mañana de este viernes a la ciudad intermedia de Caranavi, a menos de 80 kilómetros de La Paz, donde fueron recibidos en medio de aplausos y vítores de los habitantes de este municipio del norte paceño. Los indígenas, encabezados por sus principales dirigentes, arribaron cerca de las 11.00 a esta región, donde pretenden pernoctar y luego reiniciar su movilización con destino a la ciudad sede de gobierno.
Curada la embriaguez y superadas las ilusiones democráticas, los explotados pierden la fe en el tristemente célebre “proceso de cambio” y se emancipan políticamente del control del gobierno. El proceso es cada vez más acelerado porque la crisis del capitalismo ya castiga al país y el régimen de Evo Morales es incapaz de satisfacer las necesidades vitales de la población.
Pablo Cingolani Un hecho irreversible de dimensiones altamente positivas y esperanzadoras que ya produjo el heroico sacrificio de los hermanos que dieron y siguen dando vida a la VIII Marcha Indígena en defensa del TIPNIS y de todos los territorios indígenas es haber visibilizado la existencia y la necesidad de ejercicio y cumplimiento de los derechos para los pueblos y/o segmentos de pueblos indígenas más vulnerables que habitan en las tierras bajas de Bolivia.
La columna de más de 1.500 marchistas indígenas llegó la mañana de este viernes a la ciudad intermedia de Caranavi, a menos de 80 kilómetros de La Paz, donde fueron recibidos en medio de aplausos y vítores de los habitantes de este municipio del norte paceño. Los indígenas, encabezados por sus principales dirigentes, arribaron cerca de las 11.00 a esta región, donde pretenden pernoctar y luego reiniciar su movilización con destino a la ciudad sede de gobierno.
Curada la embriaguez y superadas las ilusiones democráticas, los explotados pierden la fe en el tristemente célebre “proceso de cambio” y se emancipan políticamente del control del gobierno. El proceso es cada vez más acelerado porque la crisis del capitalismo ya castiga al país y el régimen de Evo Morales es incapaz de satisfacer las necesidades vitales de la población.
Pablo Cingolani Un hecho irreversible de dimensiones altamente positivas y esperanzadoras que ya produjo el heroico sacrificio de los hermanos que dieron y siguen dando vida a la VIII Marcha Indígena en defensa del TIPNIS y de todos los territorios indígenas es haber visibilizado la existencia y la necesidad de ejercicio y cumplimiento de los derechos para los pueblos y/o segmentos de pueblos indígenas más vulnerables que habitan en las tierras bajas de Bolivia.