Con lo fácil que hubiera sido venderlos y engañar a la gente. Este país, como ejemplo latino de sangre caliente y cabeza fría, donde su gente vive de los demás, donde el vividor es el envidiado y el asalariado el vilipendiado, donde la mayoría compra la Primitiva para no dar un palo al agua y no sabe que es un autoengaño para escapar al estrés de la vida diaria. A este marroquí le hubieran quitado de las manos los números y habría sacado buena pasta. total, tampoco toca! la proporción es altísima, una probabilidad menor que la primi, pero es como dejarse engañar con la ley de la atracción.
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Gracias, María! Viva el barrio de la Prosperitat