#27 No, tengo cuarenta. Y como entenderás me la refanfinfla bien gorda lo que puedas sugerir que soy. Alguien hace más de un siglo, un muy famoso liberal sic. de barba larga, nos introducia el concepto del Ejercito Industrial de Reserva.
Jugais a endiosar a quien trae a gente dispuesta a trabajar por cacahuetes y dice, pero no cumple, luchar porque todos tengamos los mismos derechos. Cosas de creerse que pactar con el diablo funciona: Que subir el SMI pero no hacer nada con la vivienda es revolucionario. Que trabajar media hora menos pero jubilarte años después lo es. Que desgajar comunidades con más ricos de la media de la caja común es solidaridad. Que la baja flexible es una maravilla. Que repartir solo la riqueza de los de abajo sin tocar a los de arriba es otra cosa distinta a redistribuir la miseria. Que desde el consejo de ministros, organo colegiado, se hace oposición.
Ala, ahora sientete libre de llamar racista, fascista o niñato. He estado en más piquetes que tu, casi seguro, sin estar liberado ni protegido. Yo no comulgo con Ramon Rallo. Que cada palo aguante su vela y se justifique como pueda.
Menudo olor a cerrado entre los comentaristas, que prefieren la versión irrefutable del abogado del padre a la de los hijos y a la de Juana porque el feminismo es el mal de la izquierda.
A ver, señores pollaviejas y otros que se darán por aludidos: feminismo ES IGUALDAD. Por definición. Así que la izquierda debe ser feminista o no será izquierda.
Y ahora, si queréis, hacemos distinciones entre los chorrocientos tipos de feminismo, pero antes de nombrarme a las feministas del XIX, que no se os olvide que algunas aplicaban técnicas anarquistas de la época, es decir, llevar a cabo atentados que hoy calificaríamos como de terrorismo. Por favor, si no vais a tener un mínimo de rigor ni en las definiciones ni histórico, os podéis ahorrar responderme y simplemente negativizarme como de costumbre. Que se note quién tiene la masculinidad más herida de todo MNM.
Otro extranjero más que engorda las cifras de asesinatos a mujeres y niños. Luego se mete a todos en el mismo saco, se continúa con el discurso y apañado.
Jugais a endiosar a quien trae a gente dispuesta a trabajar por cacahuetes y dice, pero no cumple, luchar porque todos tengamos los mismos derechos. Cosas de creerse que pactar con el diablo funciona: Que subir el SMI pero no hacer nada con la vivienda es revolucionario. Que trabajar media hora menos pero jubilarte años después lo es. Que desgajar comunidades con más ricos de la media de la caja común es solidaridad. Que la baja flexible es una maravilla. Que repartir solo la riqueza de los de abajo sin tocar a los de arriba es otra cosa distinta a redistribuir la miseria. Que desde el consejo de ministros, organo colegiado, se hace oposición.
Ala, ahora sientete libre de llamar racista, fascista o niñato. He estado en más piquetes que tu, casi seguro, sin estar liberado ni protegido. Yo no comulgo con Ramon Rallo. Que cada palo aguante su vela y se justifique como pueda.
A ver, señores pollaviejas y otros que se darán por aludidos: feminismo ES IGUALDAD. Por definición. Así que la izquierda debe ser feminista o no será izquierda.
Y ahora, si queréis, hacemos distinciones entre los chorrocientos tipos de feminismo, pero antes de nombrarme a las feministas del XIX, que no se os olvide que algunas aplicaban técnicas anarquistas de la época, es decir, llevar a cabo atentados que hoy calificaríamos como de terrorismo. Por favor, si no vais a tener un mínimo de rigor ni en las definiciones ni histórico, os podéis ahorrar responderme y simplemente negativizarme como de costumbre. Que se note quién tiene la masculinidad más herida de todo MNM.
Ahora, a seguir tirando de ese hilo.
Porque ya sabes, cuantos más musulmanes, menos muslamens.