El problema es que hace 100 años los trabajadores tenían conciencia de clase, sabían que eran explotados. Hoy en día todo el mundo tiene una mentalidad de burgués. A todos les parece de lo más natural que los hijos de los ricos tengan un vida de lujo y vivan sin dar un palo al agua, gracias a nuestro trabajo, mientras nosotros tenemos que pasar la mayor parte de nuestra vida trabajando para ellos y aún así no tenemos dinero ni para comprarnos una casa donde vivir.
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Ay, que recuerdos me trae. Fue uno de los mejores dibujantes norteamericanos de los años 70 y 80. Pero no pudó luchar ni contra la industria del cómic norteamericana, en la que no había lugar para los universos personales que creaba en sus obras; ni contra la moral de la era Reagan, en la que no había sitio para cómics en lo que aparecían tíos y tías desnudos corriendo por paisajes oníricos.
Ahora lo vemos de vez en cuando trabajando para grandes editoriales. Pero no es lo mismo. Ya no tiene la libertad que tenía entonces. Ójala a alguna editorial le de por reeditar los comics que hizo en su época dorada. Esos si que fueron obras maestras.