Portada
mis comunidades
otras secciones
Cuando eres pequeño aprendes a hablar. Y después todo está hecho. Forjas tu comunicación en tus relaciones sociales. Aprendes y usas un vocabulario. Unas expresiones. Y vas enriqueciendo tu habilidad comunicativa… Sin embargo, nadie (o casi nadie) se forma en cómo mejorar su habilidad expresiva. Nadie (o casi nadie) cree conveniente formarse en capacidades comunicativas. Ni en potenciar sus habilidades sociales. Y tú… ¿Tienes en cuenta el potencial de tu habilidad comunicativa para mejorar tus relaciones personales y profesionales?
Contar historias es un recurso comunicativo más viejo que mojar pan en aceite. La capacidad humana para asimilar y empatizar con una historia que le resulte familiar o le produzca empatía desde las emociones es un recurso usado por la especie humana a lo largo de toda su historia. Si te fijas, el concepto storytelling es bastante sencillito en cuanto a su etimología británica. Básicamente se reduce a contar una historia. Pero ojo, no te fíes del todo. Porque detrás de una nomenclatura tan sencilla hay un potencial de la leche para seducir.
Cuando eres pequeño aprendes a hablar. Y después todo está hecho. Forjas tu comunicación en tus relaciones sociales. Aprendes y usas un vocabulario. Unas expresiones. Y vas enriqueciendo tu habilidad comunicativa… Sin embargo, nadie (o casi nadie) se forma en cómo mejorar su habilidad expresiva. Nadie (o casi nadie) cree conveniente formarse en capacidades comunicativas. Ni en potenciar sus habilidades sociales. Y tú… ¿Tienes en cuenta el potencial de tu habilidad comunicativa para mejorar tus relaciones personales y profesionales?
Contar historias es un recurso comunicativo más viejo que mojar pan en aceite. La capacidad humana para asimilar y empatizar con una historia que le resulte familiar o le produzca empatía desde las emociones es un recurso usado por la especie humana a lo largo de toda su historia. Si te fijas, el concepto storytelling es bastante sencillito en cuanto a su etimología británica. Básicamente se reduce a contar una historia. Pero ojo, no te fíes del todo. Porque detrás de una nomenclatura tan sencilla hay un potencial de la leche para seducir.