Menuda cacería que se está montando. No conozco al tal Rubiales, y quizás se merece que le echen por otras razones. Pero ¿por un insípido beso o celebración que la propia jugadora reconoció horas más tarde que no significó nada?
Soy de izquierdas y, hasta hace unos meses, pensaba que feminista.
Y hace unos meses 15 jugadoras chantajearon a un seleccionador nacional para que lo echaran de su trabajo. Tras ganar un mundial, la efusividad de quien lo defendió y no echó al entrenador se convierte en arma con desproporcionada respuesta.
Y ahora esas 15 y muchas más no van a volver hasta que se vayan los dos: entrenador y su jefe el presidente.
Lo de las mujeres es de traca.
Más chantaje. Ya no vale pedir perdón. Tiene más valor para el populacho un insípido beso de celebración que el chantaje de 15 mujeres.
Qué rápido cambia de opinión la jugadora... y pensar que pocas horas después ella misma reconoció que no fue nada. Pero ahora dice que fue una agresión.
Menos mal que ya no salgo de fiesta. Con una mujer y una hija a las que respeto como si fueran hombres, no necesito poner a remojar mis barbas.
Ya podéis coser a negativos a un hombre que creía ser de izquierdas y feminista.
Menuda cacería que se está montando. No conozco al tal Rubiales, y quizás se merece que le echen por otras razones. Pero ¿por un insípido beso o celebración que la propia jugadora reconoció horas más tarde que no significó nada?
Soy de izquierdas y, hasta hace unos meses, pensaba que feminista.
Y hace unos meses 15 jugadoras chantajearon a un seleccionador nacional para que lo echaran de su trabajo. Tras ganar un mundial, la efusividad de quien lo defendió y no echó al entrenador se convierte en arma con desproporcionada respuesta.
Y ahora esas 15 y muchas más no van a volver hasta que se vayan los dos: entrenador y su jefe el presidente.
Lo de las mujeres es de traca.
Más chantaje. Ya no vale pedir perdón. Tiene más valor para el populacho un insípido beso de celebración que el chantaje de 15 mujeres.
Qué rápido cambia de opinión la jugadora... y pensar que pocas horas después ella misma reconoció que no fue nada. Pero ahora dice que fue una agresión.
Menos mal que ya no salgo de fiesta. Con una mujer y una hija a las que respeto como si fueran hombres, no necesito poner a remojar mis barbas.
Ya podéis coser a negativos a un hombre que creía ser de izquierdas y feminista.