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En @closefunding y @AfroMurcia. Cocreando #innovaciónsocial y #Afrocuentos en @potopotoafro. Apasionada de la #inclusion, la #diversidad y el #marketingsocial
El agregador social Menéame, del que soy socio fundador, quizás deba emigrar a otro país para poder asegurar su supervivencia, y ni así estamos seguros.
La reforma laboral que ha emprendido el Partido Popular sigue despertando dudas. El último que las ha expresado públicamente ha sido el presidente de la sala de lo social del Tribunal Supremo en una entrevista concedida a la revista Iuris. Gonzalo Moliner considera que es una reforma "tremenda" y que algunos aspectos "rayan la inconstitucionalidad". Moliner no descarta que tengan que presentar cuestiones de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional.
El único país del mundo en el que los policías detuvieron ufanos a la cúpula de Anonymous, y para los que cuatro estudiantes que protestaban por los recortes eran El Enemigo, mientras los ediles que han trabajado en la corrupción, con sus cacerías y sus putas, han sido el prototipo del emprendimiento exitoso dentro de la fauna política de los viejos partidos. El país en el que te multarán por hablar de la próxima manifestación, pero en el que los grandes corruptos del PP, el PSOE y la realeza acabarán sus días enchufados de consejeros en alguna eléctrica. El país de la Ley Mordaza y del pucherazo kafkiano del Voto Rogado que implantaron los socialistas con el apoyo del Partido Popular. El país del gobierno que puso un impuesto al Sol, y que paró en seco el progreso de las energías renovables, que recortó en educación y en ciencia pero quiso compensarlo poniendo de nuevo la religión a la altura de las mates. El mismo país que tiene una tele pública al servicio del gobierno y de la ignorancia, con alguna popular presentadora que expresa apotegmas casi tan sustanciosos como los de nuestro presidente. Aunque también promociona la cultura emitiendo espacios snuff de tortura de animales. El país de los políticos que en campaña se van a hacer lío a otro país para conseguir algún voto aquí. El país de ministras, infantas y votantes ignorantes activos de la corrupción por amor a sus corruptos, y del ministro que condecora a vírgenes con honores de las fuerzas de seguridad, hace comisario a un histrión, tiene un ángel que le ayuda a aparcar y se la pasa organizando desaguisados a otros partidos con los medios y la autoridad que le hemos otorgado. El país de los millones de pequeños nicolases. El país de broma, que dirige un zombi al servicio del poder económico y cuyos ministros son como esos payasos terroríficos que van persiguiendo a la gente con un hacha mientras tropiezan y se caen. No por ser patéticos son menos letales. O votamos con saña el domingo y conjuramos esta parodia tenebrosa de país o nos quedaremos encerrados dentro de ella con todos esos payasos persiguiéndonos cuatro años más.
Leo (nombre modificado) es italiano, tiene 36 años y desde hace seis trabaja como ingeniero informático en Silicon Valley, la meca mundial del emprendimiento tecnológico. A día de hoy Leo trabaja en una pequeña 'startup', pero, como gran parte de los informáticos que acaban por San Francisco y sus alrededores, también ha trabajado en varios de los mayores gigantes tecnológicos. En su caso, concretamente, en tres: Apple, Twitter y Panda Security.
Gracias a sus historias fuimos niños valientes y adultos capaces de defender el derecho a ser un poco menos estúpidos. Hoy se celebra su centenario. Sí, el aniversario del nacimiento de uno de los más grandes escritores de literatura infantil (y para adultos, claro) que haya existido jamás. Se trata del británico Roald Dahl, autor de clásicos como Charly y la fábrica de chocolates, Matilda o Danny el campeón del mundo, quien nació en Gales un 13 de septiembre de 1916.
Siempre he querido ser madre y siempre me ha dado miedo que de mis entrañas saliera un pequeño monstruo. Como en Tenemos que hablar de Kevin, me había jurado a mí misma que si algún día tenía un bebé, lo querría aunque no fuese capaz de admitir que mi maternidad era perversa. ¿Por qué cuento esto? Porque me he aproximado lo suficiente a la maldad infantil como para saber que existe.
Hay parques infantiles que, aunque estén pensados para hacer disfrutar a los más pequeños, logran fascinar a más de un adulto. Es el caso de las estructuras levantadas por Monstrum, un taller danés que ha creado una serie de espacios de juegos para niños que, más allá de constituir una zona para el entretenimiento, son verdaderas obras de arte que no dejan indiferente a nadie.