La labor que realizan las asociaciones, protectoras y toda persona que ayudan a estos animales para dar una segunda oportunidad es importante, pero también existe otro grupo de personas que van a darles de comer a la calle, los gatos crían, y cada vez hay más, y esos no son abandonados, no están controlados y las asociaciones no dan a basto. La pasividad de los ayuntamientos para multar a estas personas también se las trae existiendo en muchos lugares multas de hasta 1000 euros que luego no se aplican por pena, ya que muchas veces son personas mayores que tienen una distracción en su mundo solitario.
La labor que realizan las asociaciones, protectoras y toda persona que ayudan a estos animales para dar una segunda oportunidad es importante, pero también existe otro grupo de personas que van a darles de comer a la calle, los gatos crían, y cada vez hay más, y esos no son abandonados, no están controlados y las asociaciones no dan a basto. La pasividad de los ayuntamientos para multar a estas personas también se las trae existiendo en muchos lugares multas de hasta 1000 euros que luego no se aplican por pena, ya que muchas veces son personas mayores que tienen una distracción en su mundo solitario.