Portada
mis comunidades
otras secciones
El 2014 toca a su fin, y que mejor manera de despedirlo que en una cabaña, rodeado de nieve, una chimenea y buena compañía, ¿alguien da más? Este tipo de construcciones, en combinación con los espectaculares entornos en los que suelen encontrarse, invitan a pasar unos días de desconexión total, preocupados solamente por disfrutar de la nieve y por tener suficiente leña para la lumbre. Recorremos algunas de las cabañas más acogedoras donde pasar estos últimos días del año.
El drifting puede ser llamativo, arriesgado, espectacular... o simplemente extraordinario. El primer punto suelen cumplirlo todos aquellos que ponen sus ruedas a derrapar de forma controlada; del segundo punto hemos visto muchos —quizá demasiados— ejemplos; del tercero siempre nos queda un buen sabor de boca. Pero para que un vídeo sobre drifting sea verdaderamente extraordinario, para que sea uno que se sale de lo común, hace falta algo más que pericia y un buen aparato.
En 1957 y 1958 se celebró en el circuito de Monza un evento que enfrentó a las dos competiciones de monoplazas más importantes del mundo, F1 y USAC. Denominada "La Carrera de los dos Mundos" prentendía consolidarse como un espectáculo de entretenimiento, más que competitivo, dada la diferencia técnica entre los bólidos americanos y los europeos. Fangio, Stirling Moss o Jim Rathmann fueron algunos de los nombres que se pasearon por el olvidado óvalo de Monza, en una carrera que no se volvería a repetir pasadas sus dos primeras ediciones.
El 2014 toca a su fin, y que mejor manera de despedirlo que en una cabaña, rodeado de nieve, una chimenea y buena compañía, ¿alguien da más? Este tipo de construcciones, en combinación con los espectaculares entornos en los que suelen encontrarse, invitan a pasar unos días de desconexión total, preocupados solamente por disfrutar de la nieve y por tener suficiente leña para la lumbre. Recorremos algunas de las cabañas más acogedoras donde pasar estos últimos días del año.
El drifting puede ser llamativo, arriesgado, espectacular... o simplemente extraordinario. El primer punto suelen cumplirlo todos aquellos que ponen sus ruedas a derrapar de forma controlada; del segundo punto hemos visto muchos —quizá demasiados— ejemplos; del tercero siempre nos queda un buen sabor de boca. Pero para que un vídeo sobre drifting sea verdaderamente extraordinario, para que sea uno que se sale de lo común, hace falta algo más que pericia y un buen aparato.
En 1957 y 1958 se celebró en el circuito de Monza un evento que enfrentó a las dos competiciones de monoplazas más importantes del mundo, F1 y USAC. Denominada "La Carrera de los dos Mundos" prentendía consolidarse como un espectáculo de entretenimiento, más que competitivo, dada la diferencia técnica entre los bólidos americanos y los europeos. Fangio, Stirling Moss o Jim Rathmann fueron algunos de los nombres que se pasearon por el olvidado óvalo de Monza, en una carrera que no se volvería a repetir pasadas sus dos primeras ediciones.