EL CARRIL BICI URBANO:
1. ES PELIGROSO por su propia naturaleza. El carril bici urbano es una VÍA CICLISTA SEGREGADA DEL TRÁFICO, es decir, una vía para la circulación (obligatoria o no) de ciclistas al margen del resto del tráfico (con separación física o no). En numerosos momentos el ciclista que circule por ella tendrá que interactuar con el resto del tráfico (intersecciones, incorporaciones, giros, etc). En cada uno de estos cruces, tal segregación no permite al ciclista interactuar con el resto de vehículos que circulan por los carriles “normales” según las normas básicas de tráfico. Lo que la convierte en una vía peligrosa y poco recomendable para niños y ciclistas inexpertos.
2. NO REDUCE LOS DESPLAZAMIENTOS EN COCHE O MOTO ya que no frena las causas del incremento estructural del tráfico: el crecimiento urbanístico y sus infraestructuras de transporte asociadas.
3. contribuye a la SEGREGACIÓN y a la NO CONVIVENCIA en el ya deteriorado ESPACIO PÚBLICO.
Existe una medida técnica más segura para minimizar la VIOLENCIA DEL TRÁFICO. La PACIFICACIÓN DEL TRÁFICO trata de impedir, mediante obstáculos físicos, que los vehículos motorizados puedan alcanzar velocidades que el cuerpo humano no puede soportar en impactos inevitables. No es una medida exclusivamente ciclista sino para todos los usuarios de la calle, incluso para el conductor del vehículo motorizado.
Sin embargo, por muy buena que sea la cosmética que sean capaces de aplicar los políticos y técnicos en la aglomeración urbana en crecimiento de Granada, lo peor está por llegar con la construcción de la segunda circunvalación y el cierre de la primera que junto a la expansión urbanística asociada a éstas van a multiplicar las necesidades de desplazamiento motorizado en un circuito de carreteras y autovías cuyo resultado es un entorno completamente saturado y un tráfico colapsado por largo tiempo en toda la inhabitable área metropolitana.
Portada
mis comunidades
otras secciones
Si el Ayuntamiento de Granada prohíbe circular en bici por la Gran Vía estará destruyendo la potencialidad de este medio de transporte, vetará su derecho a usar la calzada y fomentará su uso por las aceras perjudicando a los peatones.
Según la ley de tráfico, la bicicleta es un vehículo, es decir, un aparato apto y con derecho y obligación a circular por la calzada. En el ámbito urbano, la calzada debe ser compartida por todos aquellos que tienen derecho a usarla, sin perturbar al de los demás.
Ya conducimos nuestras bicis por la calzada de forma segura. No es más arriesgado que hacerlo en cualquier otro tipo de vehículo. Es cómodo y seguro si se siguen una reglas sencillas, aprender a utilizarla como un vehículo: conocer los riesgos y saber evitarlos. Para ello, no necesitamos ni carriles bici urbanos, ni limitar la velocidad de circulación. Los vehículos tienen la obligación de reducir su velocidad cuando detectan que hay otro circulando a velocidad menor, y solo lo podrán adelantar cuando sea posible hacerlo de forma segura. Esto no perturba al derecho a usar la calzada al resto de conductores, ya que los ciclistas somos parte del tráfico de vehículos.
La circulación lenta de los autobuses por la Gran Vía no se debe a la presencia de ciclistas, sino a una mala planificación de este transporte público que convierte a esta vía en un auténtico cuello de botella. La velocidad media de los autobuses es igual, e incluso menor, a la de los ciclistas.
La Gran Vía es una arteria de acceso directo y rápido para los ciclistas, por donde miles circulan cada día, número que seguirá creciendo de forma imparable. La prohibición de circular en bici por la Gran Vía proponiendo rutas alternativas nos impide realizar nuestro trayecto de forma rápida, confortable y en igualdad de condiciones que los ciclomotores y motocicletas.
Aunque prohíban circular en bici por la Gran Vía, seguiremos haciendo uso de nuestro derecho a conducir nuestras bicis por su calzada.
biciescuelagranada@hotmail.com
http://biciescuelagranada.blogspot.com