Comparan a los trabajadores del ente público con “carceleros”, acusándolos de “vejar” y “violar” a la verdad, “exaltados por la fuerza de sus convicciones”. Todo ello, al igual que el párrafo anterior, sin aportar ejemplos, datos o pruebas.
El peor culto de la historia: una economía que se ha transfigurado en ganar dinero sin hacer nada eficaz.Hemos gastado más de lo que debíamos y vivido mucho más allá de nuestros medios. Compramos todos los nuevos productos de Apple, compramos casas porque creemos que es un derecho y no un privilegio, y pensamos en la deuda como una manera de mantenerse al día con el modo de vida que Dios nos otorga. Esto no es sostenible.