Israel actúa con una impunidad absoluta, protegido por el blindaje diplomático europeo mientras continúa su colonización y limpieza étnica. ¿De qué sirven los valores y los “derechos humanos” que tanto proclama la UE si en la práctica arropa a quienes piden más asesinatos y más desplazamientos? La complicidad de las instituciones europeas con el apartheid israelí no es neutralidad, es una vergüenza histórica.